El allanamiento se llevó a cabo esta mañana en una vivienda ubicada en J. A. Saldívar, donde fue detenido un hombre de 27 años que se dedicaba a vender “diamantes” del videojuego denominado Free Fire.
El Crio. Diosnel Alarcón, jefe de Cibercrimen y Delitos Informáticos de la Policía Nacional, indicó que el acusado pedía fotos y videos de tinte sexual a los menores de edad que no tenían dinero para poder adquirir dicha moneda virtual.
“Son juegos que pueden empezar jugando gratuitamente, pero luego los chicos necesitan customizar y mejorar su perfil; para sus personajes necesitan comprar accesorios y armas, por ejemplo, y para ello se usan los diamantes”, explicó.
Alarcón señaló que una víctima fue identificada y a partir de ello iniciaron la investigación que ahora está a cargo de la agente fiscal Irma Llano, de la Unidad de Delitos Informáticos.
La víctima identificada tiene 14 años y contó que el presunto abusador le ofreció los diamantes a cambio de las fotos sexuales. La madre fue quien descubrió el hecho y realizó la denuncia ante Delitos Informáticos.
Es por ello que el comisario Alarcón aprovechó para instar a los padres a que monitoreen en todo momento lo que realizan sus hijos menores de edad en línea, puesto que hay muchos depredadores sexuales que abundan en las redes sociales y también dentro del entorno de los videojuegos que parecen ser inofensivos.
También destacó que el joven detenido se encontraba viviendo en un entorno familiar y dentro del mismo instaló su local, que estaba lleno de imágenes religiosas, por lo cual no parecía sospechoso.
Aún no se ha determinado el número total de víctimas y los investigadores incautaron equipos informáticos para verificar si el detenido actuaba solo y es un potencial abusador o tenía cómplices y vendía las imágenes.
De acuerdo a los últimos datos recabados desde el inicio de la pandemia, entre 500 y 1.000 videos pornográficos que involucran a menores de edad son descargados mensualmente por alrededor de 400 adultos en Paraguay.
Estos pedófilos no son descartados como potenciales abusadores físicos de estos niños, pues se cree que si gustan de estos materiales y los visualizan en sus dispositivos de internet, también desearán replicar esas prácticas eventualmente.