Fabiola Olmedo, directora del programa de Desarrollo Inclusivo de Discapacidades de Fundación Visión, dice que “a nivel país se ve muy poco el uso del bastón blanco en relación con otros países, el uso es incipiente, es un fenómeno que también ocurre con otras discapacidades. La infraestructura es insuficiente y culturalmente no estamos acostumbrados a que la persona con dificultades tenga autonomía”.
El bastón es una extensión del cuerpo, pero lastimosamente no estamos familiarizados y a la persona que tiene un tipo de discapacidad siempre le cuesta un poquito más, es una tarea de instituciones y la misma sociedad, según refiere Olmedo.
“La Asociación Santa Lucía es la pionera a nivel país en cuanto al entrenamiento de la persona no vidente, trabaja la discapacidad visual y ceguera total, personas que tienen un remanente visual y la que no tiene ningún resto visual que con determinados mecanismos puede valerse por sí misma”, explica.
Añade que “en la Fundación trabajamos la discapacidad visual que sobreviene después de cirugías o patologías cuando el paciente pierde la visión. Hay terapias y procesos para que tenga autonomía al saber utilizar las técnicas. Los niños tienen mucha habilidad para aprender y desarrollar habilidades, desde luego, porque cuanto más joven es mejor aprende a desenvolverse en el hogar y en la calle, alcanzando una gran independencia".
Según la directora, existen aproximadamente en el país unas 300.000 personas con discapacidad visual y el número se amplía al considerar que hay que trabajar con el entorno familiar, a nivel psicológico también.
La doctora Sara Pozzi, presidenta de la Sociedad Paraguaya de Oftalmología, apunta que según el censo del 2011 en nuestro país el 1% de la población tiene ceguera bilateral. Son 70.000 personas ciegas bilaterales, según censo del Ministerio.
La doctora Miriam Cano, directora de salud ocular del Ministerio de Salud, aporta que “el bastón blanco es un apoyo para la persona no vidente, le permite manejarse y los demás tendrán consideración”. Aclara que no se quiere despertar lástima porque la persona bien entrenada con su bastón puede manejarse. Lo principal es el entrenamiento y al utilizar su bastón muchas puertas se abren, aquí en el ministerio tenemos gente que trabaja sin ningún problema", señala.
Asevera que “el bastón blanco es el símbolo de independencia e igualdad de oportunidades del no vidente”. Según la especialista, “el Día Mundial del Bastón Blanco nos tiene que llamar la atención sobre la gran cantidad de pacientes con discapacidad que podían haberlo evitarlo. Por ejemplo, los diabéticos, los que padecen ceguera por retinopatía del prematuro, afección que sucede por la circulación sanguínea incompleta de la retina, que estimula la proliferación de vasos sanguíneos anormales, que sangran, cicatrizan y traccionan la retina. Esta es una patología que afecta a los prematuros que casi siempre nacen de madres adolescentes”.
“Muchos de los casos son congénitos, no se pueden evitar, pero un 70% es prevenible, y ocurre por ejemplo por no controlar la diabetes”, remarca.
Javier González, técnico de Banco de Córneas, de Fundación Visión, lamenta que "este año solo han tenido 10 donantes. La pandemia dificulta que podamos captar más donaciones, finaliza.
Teléfonos útiles:
Fundación visión: 021 500-678.
Banco de Córneas 0985 335-436.