Elena Cuéllar comentó que la lista de requerimientos para la cirugía ya se la dieron en mayo en el hospital Acosta Ñú y que en junio lograron ingresar a la Diben sus pedidos, donde se comprometieron en adquirir los insumos por cerca de G. 10 millones, pero hasta ahora no se los provee.
También dijo que recurrió a la parte social de la Entidad Binacional Itaipú, atendiendo a que son insumos costosos tales como introductor femoral valvulado 6f, llave touhui/ypsilon (dos), catéter guía 6f, guía hidrofílica 0.035, microatéter para líquido embolizante (cinco), entre otros.
La pequeña de 11 años procede de Caaguazú y desde hace dos años vive en San Lorenzo para poder tener atención rápida en casos de urgencia, porque ya varias veces tuvo sangrados que arriesgaron su vida. “No quisiera que por falta de insumos mi hija se muera, desde hace tres años recorro hospitales, ya vendí todo lo que puede, pero mi casita donde viven mis otros hijos en Caaguazú no quiero vender”, dijo en guaraní la acongojada la madre, implorando ayuda.
Consultado al respecto, el médico tratante, que es neurointervencionista del hospital Acosta Ñu, David Cuevas, señaló que efectivamente son costosos los insumos que requiere y que hicieron el pedido estimativo pensando en por lo menos dos sesiones. Explicó que por falta de insumos, su tratamiento no es regular, sino en promedio cada cinco meses, por lo que la lesión que tenía vuelve a empeorar.
Afirmó que es una enfermedad bastante compleja, pero que puede curarse. Sin embargo, para ello necesita seguir su tratamiento endovascular de embolización de la malformación. Posteriormente, en el seguimiento, que puede ir hasta tres años, se le debe realizar cada seis meses una angiografia cerebral porque tiene un comportamiento igual al de un tumor que puede volver a crecer, y con ello verán si necesita cirugías u otro tratamiento, explicó el médico.
Puede morir desangrada
El desarrollo cognitivo e intelectual de la paciente no es afectado por esta patología, pero el problema es que como son lesiones extensas, de alto flujo de volumen sanguíneo, con una ruptura puede fallecer desangrada, explicó el médico. Añadió que la pequeña, en dos o tres oportunidades, ya acudió con sangrados y se le hizo vendaje compresivo. Una vez solucionado el sangrado, se le entregó la lista para solucionarle de por vida su problema.
La niña busca sanar desde el 2017, cuando acudió al Hospital Garrahan de Buenos Aires (Argentina) tras ser derivada por el Hospital Nacional de Itauguá. En la Argentina fue diagnosticada y recibió tratamiento endovascular en dos oportunidades y luego de nueve meses de estadía, por falta de recursos, abandonó el seguimiento y su tratamiento.
En el 2019 fue remitida del Hospital Nacional al Hospital Acosta Ñu, donde ya se hizo cuatro sesiones de tratamiento endovascular, logrando reducir la lesión en un 80%. Luego de esto, recibió cirugía denominada exeresis de lesión restante y posteriormente se le realizó reconstrucción del cuero cabelludo en el Hospital del Quemado.
Indicó que el caso es complejo y por ello se realizó un “ateneo multidisciplinario y multicéntricos” entre los servicios de Neurointervencionismo del Acosta Ñu, Cirugía Reconstructiva del Hospital del Quemado y el Servicio de Neurocirugía del Hospital Nacional. Realizaron en el Acosta Ñu, en mayo pasado, una angiografía de control en la que observaron recidiva de lesión remanente. Luego de reevaluar el caso entre los servicios citados anteriormente, decidieron tratar la lesión actual de forma endovascular para luego pasar al Hospital del Quemado, donde terminarán de reconstruir el cuero cabelludo.
El número de contacto de la madre para interesados en ayudar es el 0982-150518.