El lugar está en el predio de una estación de servicios abandonada, en el kilómetro 27,5 de la Ruta D027, a metros de una base de los Bomberos Voluntarios.
La joven Dahiana vivía con su pareja, Joel, y el pequeño hijo de ambos en un inquilinato en la ciudad de Itá. La joven se dedicaba a la compra y venta de carne, que retiraba de una matadería ubicada en las proximidades del sitio donde ahora están buscando sus restos.
Aparentemente, Dahiana sufría constantes agresiones físicas y sicológicas de su pareja, quien en los últimos tiempos la celaba del propietario del matadero, César Enrique Brítez Acosta (33). Supuestamente, le llegaron rumores a Joel de una relación sentimental entre su pareja y el carnicero.
Finalmente, Dahiana desapareció el pasado viernes 18 de setiembre y su pareja declaró ante la Policía que la mujer salió en la madrugada de ese día de la casa para comprar la carne que luego iba a vender en los comercios del barrio.
Debido a una serie de contradicciones y elementos que confirmaron que estaba mintiendo, Joel fue detenido y procesado por violencia doméstica, por el momento.
El sospechoso fue remitido el pasado viernes a la penitenciaría y durante el trasladado habría confesado a los agentes el lugar donde arrojó el cuerpo de su pareja después de estrangularla.
Precisamente, el sitio es el profundo pozo abandonado que ya había sido verificado poco días después de la desaparición. En aquella oportunidad, los profesionales llegaron hasta los 43 metros de profundidad, pero solo encontraron cuero vacuno putrefacto y muy hediondo. Luego revisaron debajo y al no encontrar otra cosa salieron del sitio, según mencionaron.
Una vez hecho esto, los responsables del predio ordenaron limpiar el lugar y rellenar la excavación con basura, restos de árboles y escombros. Pero ahora, con la confesión del principal sospechoso, policías, fiscales y bomberos volvieron al sitio y con un arduo trabajo están limpiando nuevamente el pozo en busca de los restos de Dahiana.
El trabajo es muy lento debido a que el hoyo es muy angosto y solo utilizan baldes de 20 litros para vaciarlo.
En la mañana de ayer, los pobladores del barrio se acercaron al lugar para ofrecerse como voluntarios en los trabajos. Jorge Ramón Notario (50), pocero de profesión, llegó al sitio para ayudar a los bomberos.
Igualmente, otro grupo integrado por familiares de la desaparecida prepararon alimentos para el desayuno y almuerzo de los trabajadores, según explicaron.