En marzo de 2019, tras recibir documentación que no había sido develada hasta ese momento, nuestro diario publicó una serie de materiales referentes a la licitación para la actualización del mecanismo de gestión tributaria conocido como Sistema Marangatu.
La SET entregó un contrato de US$ 3 millones al Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (CIAT) durante la gestión de González Ayala.
Según quedó constancia en la página web de la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas, la adjudicación al CIAT se produjo sin haber competencia alguna, pues fue el único oferente que se presentó.
La justificación fue que el CIAT era el único con la experiencia requerida; sin embargo, el contrato fue tercerizado a favor de una empresa panameña, dejando de lado a firmas paraguayas.
De acuerdo a los datos que constan en el propio sitio web del CIAT, Marta González Ayala ingresó como miembro del consejo directivo de la organización el 6 de mayo de 2014, nueve meses después de haber asumido como titular de Tributación.
A pesar de que el sistema Marangatu llevaba años colapsando y generando un sinfín de cuestionamientos, no fue sino hasta 2016 que la administración de González Ayala decidió que era momento de actualizar el sistema tributario.
A pesar de ser sus técnicos los “únicos” con la capacidad para actualizar el sistema tributario, el CIAT terminó tercerizando el contrato que le otorgó el Estado paraguayo. Al final, la responsable de realizar el trabajo informático para el nuevo Marangatu fue una firma panameña llamada Ideati.
En su sitio web, esa empresa presume de haber sido la responsable de la actualización del sistema tributario paraguayo, y en el apartado de “experiencia” cita otros contratos, todos relacionados con Tributación. Empero, en la página web de Contrataciones Públicas la compañía panameña no aparece siquiera registrada como proveedora del Estado. Todos esos contratos llegaron de la mano del CIAT.
Todo lo citado fue parte de lo que molestó a la exviceministra González.