Julio Winckler, vocero del gremio, precisó que desde la habilitación de los puntos de delivery fronterizo se registró un leve incremento a la caída sostenida de las ventas, registrando un poco de ingresos. “Esta modalidad de comercio nos animó a pactar con nuestros empleados una reducción del salario y así evitar más despidos. Ellos aceptaron dicha propuesta porque son conscientes de la difícil situación que atravesamos y tienen nuestra palabra de que cuando la situación mejore, volverán a percibir como antes, por lo menos en cuanto a los informales. Los formales pasaron a cobrar por el IPS”, subrayó.
Por otro lado, Winckler mencionó que acompaña la elaboración de un protocolo que podría posibilitar la apertura gradual de las fronteras. “Existe el compromiso del Gobierno, que desde Cancillería estarán negociando con las autoridades brasileñas para comenzar a implementar la apertura gradual desde comienzos del mes de octubre. Estamos también en permanente conversación con los propietarios de los grandes centros comerciales que optaron por no abrir sus puertas porque no compensa mover toda una estructura. Ellos dijeron que mientras no haya una apertura total, no podrán abrir”, agregó.
Estos comercios empleaban a cerca de 3.000 personas, de las cuales el 90% fue despedido.