Desarticulan estructura de lavado de activos provenientes del narcotráfico

Otra organización internacional de tráfico de drogas y lavado de dinero que operaba entre Brasil y Paraguay fue anulada ayer en un megaoperativo conjunto de la Policía Federal (PF) y la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad). En nuestro país, cayeron los presuntos cabecillas, que son un padre y sus hijos, y el dueño de una conocida casa de cambios que supuestamente blanqueaba los fondos ilícitos. La excesiva ostentación de lujos delató a la cuadrilla en ambos países.

Emidio Morinigo Ximenes, líder de la organización que fue desarticulada ayer por la Senad y la Policía Federal brasileña.
Robson Louribal Alcaraz Ajala, contador de la red, prófugo.
Jefferson García Morínigo, hijo del cabecilla de la red.
Kelber García Morínigo, hijo y jefe de la organización.
Julio César Duarte Servián, paraguayo y dueño de la casa de cambios en la que blanqueaban el dinero narco.
Un jacuzzi con vista al exterior en la casa del líder de la organización, Emidio Morínigo Ximenes.
Ostentosa infraestructura del establecimiento rural de la familia Morínigo García, principales miembros de la organización.
La lujosa casa del connacional que operaba en conjunto con la familia Morínigo, para el lavado de activos del narcotráfico.
La red hacía operaciones legales usando los nombres de los clientes. Ahí también se guardaba el dinero para su posterior uso.
La concesionaria de vehículos, clave para el esquema criminal de lavado de dinero a través de la compra y venta de rodados.
audima

La operación Status, que se ejecutó ayer de manera simultánea en Brasil y Paraguay, se inició ya en el año 2014, cuando la Policía Federal (PF) incautó el primer cargamento de cocaína de una organización criminal que desde entonces perdió otros 18 alijos de droga. Las 19 incautaciones que afectaron a esta cuadrilla representaron la requisa de más de tres toneladas de cocaína.

Obviamente, cada operativo de los federales contra este grupo dejaba entre uno y seis detenidos involucrados en el transporte de la droga. Sin embargo, los verdaderos patrones se tornaron por un tiempo casi invisibles, ya que no dejaban rastros.

La estrategia entonces consistió en darles seguimiento a los traficantes encarcelados. Así, la PF pilló que todos los procesados recibían en prisión una periódica y generosa ayuda económica que, coincidentemente, casi siempre era tramitada por el contador brasileño Robson Lourivar Alcaraz.

La conexión con Paraguay apareció cuando se confirmó que Robson sacaba el dinero de la casa de cambios Zafra Cambios de Pedro Juan Caballero, cuyo dueño, el paraguayo Julio César Duarte Servián, fue el segundo objetivo identificado.

Al investigar al empresario paraguayo Duarte y las operaciones de Zafra Cambios, la PF logró por fin descubrir a los supuestos verdaderos patrones, Emidio Morínigo Ximenes y sus hijos Kleber García Morínigo y Jefferson García Morínigo, quienes serían los dueños de las 19 cargas de cocaína incautadas en Brasil. De hecho, esta familia se instaló en Paraguay aproximadamente en 2016, cuando empezaron a perder un cargamento tras otro en Brasil y pillaron que en cualquier momento podrían llegar a ellos.

Emidio y sus hijos Kleber y Jefferson, así como el dueño paraguayo de Zafra Cambios, fueron finalmente arrestados ayer en Pedro Juan Caballero por la Senad, que efectuó al menos 16 allanamientos en propiedades y empresas del grupo que eran usadas supuestamente para blanquear el dinero. Todos los bienes quedaron incautados.

Los tres brasileños fueron expulsados del Paraguay ayer de tarde, por orden del presidente de la República Mario Abdo Benítez, según publicó el mandatario en su cuenta de Twitter. El contador Robson era el único que hasta anoche seguía prófugo.

Por el Ministerio Público, participaron en esta investigación los fiscales Fabiola Molas, Deny Yoon Pak, Eduardo Royg, Carlos Alcaraz, Isaac Ferreira, Osvaldo García, Osmar Segovia, Ariel González, Augusto Ledesma, Jorge Encina y Marco Amarilla.

En Brasil, por otro lado, la PF informó la incautación de activos por más de 230 millones de reales, el equivalente a unos 40 millones de dólares. En ambos países, el grupo usaba como fachada empresas como constructoras, inmobiliarias y concesionarias de vehículos de alta gama que, coincidentemente, siempre reportaban ganancias prácticamente inalcanzables. Como anécdota, trascendió que por ejemplo una tienda de mascotas perteneciente a los García Morínigo en Pedro Juan Caballero debía bañar o atender a por lo menos 50 perros cada día para apenas aproximarse a las utilidades que reportaba oficialmente.

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