“Lastimosamente, para el banco no paró nada, no hay coronavirus (…) Estamos pidiendo que no nos cobren intereses moratorios y después de la pandemia vemos cómo hacemos. El Gobierno no nos tiró una ayuda”, afirmó Airaldi en conversación este miércoles con ABC.
Airaldi dijo que solo en CDE existen 45.000 personas sin trabajo a raíz de la crisis y de las 14.000 empresas que estaban abiertas se cerró la mitad, es decir 7.000. Las consecuencias también se sintieron en el sector de agronegocios y con el cierre de fronteras miles de estudiantes de Brasil, que motorizaban la economía, dejaron de venir.
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“(Los más afectados fueron) los agronegocios, unos 25.000 estudiantes (dejaron de venir), el microcentro de CDE, con 25.000 puestos directos afectados, más de 14.000 empresas y 7.000 que cerraron. Las que están sumamente afectadas son las empresas de servicios: restaurantes, hoteles, que absorben mucha mano de obra, que nunca salieron de fase”, agregó.
“Nos preocupa a todos la pasividad de la gente, es muy preocupante: las Pymes están quebradas, la salud está colapsada, el desempleo y la inseguridad está a la orden del día y, sin embargo, se habla de endeudamiento y no se ven los resultados de ese dinero”, sostuvo.
En ese contexto, explicó que los bancos siguen dando préstamos ordinarios, con las mismas exigencias de cuando no había cuarentena. “El Gobierno lo que hizo fue dar créditos ordinarios; lo que necesitamos son créditos de salvataje. Necesitamos que se rehabiliten las cuentas corrientes canceladas porque esa es una forma de pago de las Mipymes”.
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La cantidad de personas que se quedaron sin trabajo es de cerca de 78.000 en las ciudades cabecera de la frontera: “Solo en CDE tenemos 45.000 personas despedidas, pero desde Pedro Juan Caballero, Salto del Guairá, Encarnación suman 78.000”, cifró.
Por último, pidió a las autoridades más proactividad para la reactivación del comercio y contó que el Estado ni siquiera dialogó con las autoridades de Brasil para saber cuándo podrían reabrirse las fronteras, pero, aun así, indicó que muchas personas están imposibilitadas de trabajar porque los casos de COVID-19 van en aumento.
Ayer, los gremios de Alto Paraná sostuvieron que la situación es crítica, con 60% de Pymes paralizadas, de las cuales 10% ya está en quiebra y sin posibilidad de reabrir.