–¿De qué origen es Salomón?
–Todos los inmigrantes que vinieron hacia 1915 escapando de la Primera Guerra Mundial son de origen sirio-libanés. Varios latinizaron un poco sus apellidos, como don Julio Domínguez, pero todos cambiaron de apellido acá: Saba, Sabe, Salomón, Salomoni..., son todos de la misma camada. Mi papá, Felipe Salomón, descendiente, fue mucho tiempo presidente de seccional (1971-89) y también intendente de San Lorenzo (1957-69). En ese entonces se nombraba por decreto presidencial.
–Era como el cacique en San Lorenzo. En la época de Stroessner, cada pueblo tenía un cacique...
–Sí, en San Lorenzo era mi papá, en Fernando de la Mora era la época de (Alfonso) Colmán. Estaba Bécker en Ypacaraí, Víctor Flecha en Luque o los Fernández en Itauguá, Papi Sanabria en Nueva Italia...
–¿Cómo hizo su padre para quedar como “taita de la comarca”?
–Mi padre estudió medicina. Hizo hasta el quinto año. En esa época no había muchos médicos. Entonces él ayudaba y practicaba de paso en el Centro de Salud, hoy Hospital General de Calle’i. Se granjeó así muchos amigos. Formó una comisión para la construcción de una segunda escuela en la ciudad, “Luis Caminos”. La primera fue España. Gracias a sus iniciativas llegó muy joven a la Intendencia y de ahí ya no paró. La cuestión es no perder la humildad y la vocación de servicio. Yo trato de honrar el respeto que tienen los sanlorenzanos hacia mi familia. Hoy me desempeño como residente del Congreso y no por eso voy a cambiar mi modo de vida. Me manejo con un chofer, de lunes a viernes. Los fines de semana vivo como cualquier vecino. Asisto a los actos sociales permitidos, a las reuniones de solidaridad, a las ollas populares sin escoltas ni nada. Yo creo que el que nada debe, nada teme.
–Para todos fue una sorpresa su acceso a la Presidencia cuando todo parecía que estaba cantado a favor de (Blas) Llano o de (Silvio) Ovelar. Usted fue muy criticado por gente de su partido por haber acordado con la oposición y resignado comisiones para ellos...
–Yo digo lo contrario. Yo creo que son ellos los que nos dieron lugar a nosotros. Hoy, la composición política del Senado habla de 17 representantes del Partido Colorado y 28 representantes de la oposición. Así que yo creo que son ellos los que nos han permitido a nosotros llegar a la Presidencia. No hay que olvidar que tienen su representación bien ganada en elecciones. Tienen la confianza de un sector muy importante del pueblo.
–¿Cuántos períodos en el Parlamento?
–Este es mi quinto período. Yo llegué a la política en el 92. Ya trabajábamos desde esa época con Marito. Fui presidente de seccional tres períodos. Hoy me está sucediendo mi hijo, Felipito, que también es el ministro de la Juventud...
–Añetete va camino a la quiebra dicen. Se fue Bacchetta, líder del movimiento, entre otros...
–Los que no están a gusto en un movimiento tienen la libertad de pasar a otro o crear el propio. Nadie está atado. Además, las cuestiones internas partidarias pasaron a segundo plano. Hoy necesitamos trabajar todos juntos para aportar nuestro grano de arena a la solución de esta crisis sanitaria, por ejemplo, una buena tarea sería reconvertir las seccionales coloradas o los comités liberales en albergues o en locales preparados para las ollas populares.
–¿Cuáles son sus prioridades como presidente del Senado?
–Hablé mucho con Fernando Lugo y Amado Florentín (liberal) y hoy estamos socializando con los líderes de bancada también nuestra misión para este año, que es darle al Senado un protagonismo diferente, un Senado más dinámico, más presencial y más solidario. Yo creo que es mucho más prudente y económico inclusive que el Senado salga al encuentro de los problemas, en este caso la pandemia y el contrabando, los azotes que tenemos.
–El contrabando, ¿qué hay que hacer?
–Tenemos colegas que recorren mucho el interior: Pakova Ledesma, Sixto (Pereira) o el propio Juan Afara. Ellos saben más que nosotros cómo produce el Paraguay en todo tiempo. Desde el Senado también se puede aportar para garantizar un buen mercado y un buen precio para beneficiar a los que producen. Es una deuda social que tenemos. Entonces, un objetivo es fortalecer y potenciar las leyes que tenemos para penalizar a los infractores y ayudar así a esa Comisión de Lucha contra el Contrabando. En este país no existe comercio, supermercado, mercado o despensa que haya sido intervenida, suspendida o cerrada ante las reincidencias. No vemos funcionarios públicos, policías, aduaneros o fiscales que hayan sido penados por hacer la vista gorda. El contrabando llega con la complicidad de muchos funcionarios. Se incautan las mercaderías pero no los vehículos...
–Es algo notable...
–Los vehículos tienen que ser confiscados. Son medidas que pienso pueden reforzar el combate al contrabando. Hicimos una reunión en el Senado con los productores de tomate. Invitamos a la gente de Anticontrabando, la Policía, la Marina. Gracias a esa presión que hicimos, inmediatamente dos o tres días después subieron los precios.
–¿La pandemia, además de colapso económico y crisis social puede comprometer inclusive la democracia como hablaba de la Argentina el político Eduardo Duhalde?
–Nosotros tenemos que evitar a toda costa un estallido social. Es lo peor que nos puede ocurrir. Yo creo que llegó el momento de un gran diálogo nacional. Creo que el Gobierno de Mario Abdo necesita del apoyo y de la ayuda de todos los sectores. Creo que necesitamos un “gabinete de crisis” inmediato con una amplia participación de todos los sectores políticos y sociales. Tenemos mucha gente valiosa de trayectoria, de experiencia que pueden darnos un buen consejo. Por ejemplo, hoy estamos con falta de insumos en muchos hospitales. ¿Quién está frenando? Con un “gabinete de crisis” podríamos acelerar la adopción de medidas. Esta guerra no va a ganar solo el Gobierno. Necesitamos de todos para la toma de decisiones firmes, heroicas y rápidas. Aparte de la reactivación económica tenemos el problema de la frontera.
–¿Cuál?
–Ante la declaración de zona franca en Foz de Yguazú, varios de los comercios más importantes ya están abandonando Ciudad del Este y se están yendo a Foz de Yguazú donde las condiciones son mucho mejores que las de Ciudad del Este. Mucha gente se está quedando sin trabajo. Se habla de más de 80.000 personas y antes de fin de año de 140.000 que van a perder sus trabajos en la frontera. Brasil también planea zona franca frente a Salto del Guairá, frente a Pedro Juan Caballero. Lo mismo está pensando hacer Argentina en Posadas, Formosa y otras ciudades limítrofes...
–¿Qué plantea usted...?
–Queremos hacer una audiencia pública con la participación del Gobierno, del Parlamento y de los grandes comercios de la frontera para consensuar entre todos una definición. La decisión no va a ser fácil. No es cuestión de abrir la frontera. Hoy tenemos un problema mucho más grave con el tema de la zona franca. Yo creo que esto se va a solucionar solamente con un amplio diálogo y una amplia participación de todos los sectores, exministros de Hacienda, exministros de Salud, de Educación...
–Quién tiene que reunir a toda esa gente...
–El Ejecutivo. Ya lo hubiera hecho hace bastante tiempo. Hay mucha gente que se ofrece a cooperar.
–Cómo cree que puede reaccionar la oposición con este pedido y el contraste con la realidad donde el propio líder de la oposición, Efraín Alegre, ex rival de Marito en las elecciones, es procesado por supuesta corrupción, en un caso que más se asemeja a una típica persecución política...
–En primer lugar creo en la Justicia y ojalá no sean ciertas las presunciones de una persecución a Efraín Alegre. Eso no le viene bien a nuestra democracia y no conviene al país una crisis política que pueda desembocar en una crisis social. Yo no quiero inmiscuirme en la decisión de la justicia con respecto a lo que le está ocurriendo a Efraín. Mi solidaridad para con él pero yo confío también en la justicia. Ojalá que lo antes posible se pueda esclarecer todo este tema.
–¿Qué tendría que hacer el parlamento a nivel de leyes? ¿Reforma del Estado o reforma administrativa?
–La reforma del Estado es impostergable, pero no es el momento. Hoy tenemos que estar embarcados todos en la reactivación económica, tratar de salir de esta pandemia. El lunes pasado me puso contento que el mismo Presidente de la República haya participado de la reunión virtual con el ministro de Salud. Fue solicitada por los seis médicos senadores que tenemos, y para escuchar también al gremio médico que hoy está denunciando algunas irregularidades y la falta de insumos. Me parece que el Senado se está involucrando positivamente. Hicimos una pequeña colecta. Juntamos 52 millones de guaraníes y hoy estamos entregando insumos por ese valor al Ineram. Ya dimos otros ejemplos como el haber desechado el tema de los combustibles. Se nos redujo el 20% de salarios. Hemos eliminado el seguro médico. Se están eliminando los gastos superfluos. Se ha eliminado también el tema del almuerzo y otros gastos. Yo creo que otras instituciones pueden seguir el ejemplo. El pueblo está hastiado de ver los grandes beneficios que existen...
–Se señala a las intendencias y las gobernaciones entre las que más despilfarro hacen de los aportes que reciben. El clamor de la gente es que no roben más.
–Las denuncias de malos manejos son interminables. Hay más de 250 municipios. La Contraloría tiene personal para asistir a menos de la mitad. En Diputados hoy tenemos pedidos de más de 36 municipios. Yo prefiero que los ciudadanos califiquen a su intendente en las elecciones. Algunos de los pedidos de intervención tienen fundamentos muy válidos pero otros son persecuciones políticas.
–¿Cómo se plantea el presupuesto para el año que viene? Hoy maneja la comisión la senadora del Frente Guasu, Esperanza Martínez...
–Los grandes debates girarán sobre aumento de impuestos, el tema de la soja, tabaco, alcohol. La senadora es una compañera que aparte de ser médica conoce mucho de presupuesto. Tenemos que aprender a trabajar juntos, adelantarnos a la crisis. No esperar que esto explote y después reunirnos. Los momentos más difíciles están por llegar. Ojalá que no ocurra lo peor y que los hospitales den abasto, que realmente se les de la oportunidad de una atención digna a todos los paraguayos y que los hospitales no colapsen.
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