Los restaurantes lograron volver a trabajar en la fase 3 de la cuarentena, desde el 15 de junio pasado. Ahora buscan poder expandir sus zonas de atención al reflotar un proyecto que data de abril y que cuenta con el visto bueno de la Municipalidad de Asunción.
Sin embargo, ninguna medida fue tomada aún de forma oficial para que las mesas de los locales —especialmente los ubicados en el microcentro de Asunción— puedan instalarse en las veredas o las calles no solo para atraer más clientes, sino también para sostener la distancia social entre los núcleos que compartan.
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“Las minutas (en la Junta Municipal de Asunción) están aprobadas para usar las veredas, pero porque no avanzamos de fase es que está en ’stand by’ en la Intendencia. Ya hubo el visto bueno para hacer de las calles peatonales (...) No avanza por el tema de los casos (de COVID). Hay muchos ejemplos a estas alturas (de la efectividad de esta disposición), hay cosas que funcionan y otras que no, pero hay que ir probando, pero no probar de forma irresponsable”, dijo O’Hara en conversación este lunes con ABC.
La empresaria recordó que en Europa y Asia hubo situaciones en que se implementó este tipo de modalidad y que, si bien requerirá alguna inversión más de los restaurantes, es algo que están dispuestos a hacer.
“Va a significar un poco de inversión, pero hay una voluntad, se va a animar a hacer esa inversión si es que esto corre. Ojalá no sea una inversión en donde en un mes te vuelvan a bajar el permiso. Todavía no está el visto bueno oficial, pero sí está el interés desde abril. Se está tomando otra vez esta idea hace unas dos semanas”, sostuvo.
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O’Hara manifestó que entre 110.000 y 120.000 personas dependen de forma directa del rubro gastronómico en todo el país y que esto también conlleva una dependencia indirecta en algunos casos. Esto es en el caso de los formales, aunque también refirió que existen miles de personas que están vinculadas al negocio sin estar registradas o “en negro”.
En relación a ello, la empresaria dijo que una de las metas de las asociaciones del rubro gastronómico es la formalización de las pequeñas empresas, de los emprendedores, y que haya justicia al estar regidos todos por las mismas “reglas del juego”.
“Queremos que (las personas que deciden vender alimentos) toquen las puertas de las asociaciones. Esa intención de querer ser formal, eso nomás es lo que se busca”, concluyó.
Esto se da en momentos en los que la Asociación de Restaurantes espera que la Cámara de Senadores sancione lo antes posible el proyecto de ley de auxilio a las empresas hoteleras, gastronómicas, de entretenimientos y de eventos, que fue aprobado el miércoles pasado en Diputados.