La más perjudicada fue la estancia “Lidia”, que posee unas 4.000 cabezas de ganado. El siniestro destruyó casi por completo los potreros con pasturas del establecimiento ubicado a unos 15 kilómetros del centro urbano.
El incendio comenzó a inicios de la semana pasada y fue controlado recién en la noche del sábado.
César Chávez, encargado del establecimiento, dijo que además del esfuerzo del personal, tuvieron apoyo de funcionarios y maquinaria de la Gobernación del Alto Paraguay para poder controlar el incendio.
Los dueños de la estancia buscaban salvar unas 1.000 hectáreas que aún no eran afectadas, mientras el personal se encargaba de juntar los animales antes de que sean tomados por el fuego.
Otra gran cantidad de focos de fuego se pueden detectar en el gran pantanal, lo que pone en riesgo, una vez más, la vegetación y la rica fauna de la reserva.
En enero de este año se produjeron lluvias que superaron 100 mm y desde entonces solo hubo esporádicos aguaceros. La vegetación está totalmente seca y representa un efectivo combustible para que con una simple chispa se inicien devastadores incendios.
En comunidades del interior del Alto Chaco escasea el agua, ya que muchos tajamares, aljibes y riachos se están secando.
De agosto a noviembre del año 2019 los incendios arrasaron con 350.000 hectáreas, incluyendo reservas de parques nacionales de nuestro país, como el Defensores del Chaco y Chovoreca.
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