Dicha concordancia radica en que gracias a Quintana, Chapaló y Ángel Tranquilino Giménez vivían en un régimen de casi libertad en “La Granja” del establecimiento penal, lo cual fue descubierto tras la masacre ocurrida en esa penitenciaría en 2019.
Chapaló en ese momento cumplía condena de 26 años de cárcel, por narcotráfico, en una de las cuatro casas de la granja Porvenir, ubicada a un costado de la penitenciaría regional.
El reo afronta ahora un nuevo juicio, esta vez por lavado de dinero, ante el tribunal de sentencia presidido por Juan Pablo Mendoza e integrado por Laura Ocampos y Jesús Riera.
Los representantes fiscales Fabiola Molas Alcaraz y Eduardo Royg Acha deberán defender la acusación de sus colegas Carlos Alcaraz y Zully Figueredo, quienes al pedir la elevación de la causa a juicio oral sostuvieron que Chapaló, con las ganancias obtenidas de la venta de sustancias ilegales, introdujo al sistema financiero legal importantes sumas de dinero destinadas principalmente a disimular su procedencia, con la constitución de sociedades, la realización del giro comercial de ellas, la compra de inmuebles y de otros bienes.
Además, se afirma en la acusación que Chapaló vendió un inmueble del distrito de Hernandarias, denominado Colonia Félix de Azara, (Paraná Country Club), por 25 millones de guaraníes, con el propósito de frustrar su comiso especial; puesto que por fallo de la justicia se determinó la inhibición general de gravar y vender bienes respecto al encausado.
La fiscalía antidrogas trae a colación que el 5 de julio del año 2017, una resolución emitida por el Tribunal de Sentencia conformado por Olga Ruiz, Arnaldo Fleitas y Elsa García condenó a Víctor Brítez Aranda a 26 años de pena privativa de libertad.