Son cuatro las declaraciones juradas de Segovia que fueron colgadas en la página de la Contraloría. Refieren a su comportamiento patrimonial entre el 2014 y el 2016, cuando se desempeñaba como asesora de comisión de la Cámara de Senadores.
Llamativamente no se hicieron públicas las manifestaciones de bienes que debió haber presentado la abogada durante los años en los que se desempeñó como ministra de Justicia, entre junio del 2012 a agosto del 2013.
En su primera D.J., de enero del 2014, María Lorena Segovia Azucas tenía depósitos bancarios por G. 4.641.037 pero cuentas a cobrar por valor de G. 140.000.000 por supuestos honorarios profesionales. Además dijo ser dueña de dos viviendas en la capital y una en Villa Hayes, totalizando un activo en inmuebles de 2.889.239.363 guaraníes.
En el 2015 aparentemente le fue mejor a que declaró un patrimonio neto de G. 3.340.237.408, es decir, de no tener dinero en efectivo, sumó en ese ítem G. 25.000.000, depósitos por G. 29.281.867 y se compró un nuevo auto, acumulando G. 257.200.000 solo en valor de rodados. Gastaba apenas G. 1 millón en vestimenta y G. 2 millones en expensas al mes.
En el 2016 depositó en el banco G. 525.381.521 y pese a esa inyección económica su patrimonio bajó a G. 1.810.487.315 porque declaró G. 2.000 millones menos en inmuebles. Situación similar registró en su última D.J., donde declaró G. 1.804.952.820 en sus arcas. De tres propiedades pasó a tener una casa en Asunción que valía G. 857.855.121. Esta operación la dejó supuestamente con una pérdida del 43%, por lo que los cálculos indican un saldo rojo de G. 1.364.314.397 en comparación a años anteriores.