Portillo manifestó que el protocolo sanitario para el ingreso de exgobernantes fue elaborado por el Ministerio de Salud, conforme a estrictas normas sanitarias. El protocolo tuvo validación por parte de la cartera sanitaria y fue remitido al Consejo de Defensa Nacional (Codena), que es la institución responsable de los permisos de ingreso o salidas del territorio nacional.
“Nosotros como Ministerio de Salud, a pedido de una instancia interinstitución - la Comisión de Apoyo - preparó (...) en realidad fue una reglamentación para ciertas actividades determinadas que tienen que ver con la visita de profesionales de la salud”, contó. Según dijo, la visita de gobernantes, exgobernantes se incluyó dentro de este procedimiento.
Remarcó que Salud no estaba en conocimiento ni del itinerario ni de los propósitos de la visita del exmandatario por lo que no estaban a cargo de los controles pertinentes. Además, puntualizó que fue Codena la institución responsable del otorgamiento de los permisos especiales.
“Si se da el cumplimiento estricto del instructivo -porque más que un protocolo es un instructivo- si se da bajo esas condiciones en línea generales no hay problema”, apuntó.
Sobre la violación del protocolo sanitario, puesto que Cartes no utilizó mascarilla y saludó de besos y abrazos a Macri, el doctor manifestó que esto es “cuestionable” desde el punto de vista sanitario. Reiteró que no dependía del Ministerio de Salud otorgar el permiso excepcional para el expresidente por lo que cualquier hecho irregular, que haya quedado fuera del protocolo sanitario, queda bajo la responsabilidad del Codena. “Como rectoría de la salud, tenemos que ver el contacto que se pudo registrar”, enfatizó.
Indignación ciudadana e innumerables cuestionamientos a las autoridades generó la visita que Mauricio Macri hizo hoy a nuestro país, para reunirse con Horacio Cartes. Los reclamos se acentuaron cuando de forma imprevista -fuera de la agenda oficial- el exmandatario argentino fue recibido por el presidente de la República, en Mburuvicha Róga.
La visita despertó polémica en un momento en que las fronteras continúan cerradas y el ingreso de personas al país está fuertemente regulado ante la pandemia global de COVID-19.
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