El predio de la terminal aeroportuaria fue utilizado como escenario para la nueva forma de celebración eucarística denominada “automisa”, en tiempos de pandemia. La capacidad del evento era para 600 vehículos con hasta cuatro personas en su interior, pero se estima que unos 200 vehículos llegaron hasta el lugar y sus ocupantes permanecieron en el habitáculo durante toda la celebración, que arrancó a las 8:00.
El arzobispo Edmundo Valenzuela, durante su homilía, repudió toda violencia contra la mujer, así como los abusos sexuales de niños, la práctica del aborto y la idea de querer instalar dicha práctica como una salida para que las niñas violadas que quedaron embarazadas no den a luz a corta edad. También lamentó los innumerables negociados que se hicieron a costa de la pandemia.
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“Pues la violencia del aborto es una violencia fatal y criminal. Tal vez sólo los abusadores o los victimarios asesinos querrán esconder su crimen con otro crimen”, dijo el religioso. Agregó que tanto la violación de menores como el aborto son una perversión.
Valenzuela indicó de manera tajante que “nos urge a todos la protección y prevención de abusos de menores como tarea de toda la sociedad, la Iglesia y el Estado”. También pidió no perder nunca el sentido humano de la vida y suplicó, por una parte, denunciar a los criminales y, por otra, sanar las heridas de las menores de edad embarazadas. Exhortó a que este tipo de situaciones no se repitan.
Manifestó además “que en este tiempo de pandemia, mientras la gente se quedaba en casa, muchos se aprovecharon de la inocencia de los mismos con el mal manejo de las cosas públicas”. Agregó que sigue vigente una clase política corrupta, de la cual la sociedad está harta, porque todos quedan impunes.
“Si al menos algunos de ellos, ojalá todos, manifestaran signos de conversión, como sucedió a Zaqueo ante Jesús, devolverían lo robado y el Estado recuperaría los millonarios dólares sustraídos impunemente, a ser destinados a la salud, educación, vivienda, a favorecer las iniciativas del mundo del trabajo. Nos urge la reforma moral del Estado”, señaló.
Se refirió también al alto porcentaje de católicos que tiene el Paraguay, pero dijo que algunos de ellos, cuando asumen alguna responsabilidad política o social, se olvidan de su fe, no dan testimonio de ella, dan la espalda a Dios y a la Iglesia católica “y claramente se interesan en su pueblo solo para corromper conciencias pidiendo votos”.
La reflexión siguió al señalar que “ellos prefieren guardar fidelidad a este mundo de la apariencia, de la hipocresía y de la producción y del consumo, que convierten todo en mercancía, en inequidad, y hasta destruyendo sin medida la naturaleza y las familias”.
Apenado, mencionó también que mientras tanto siguen campantes las deforestaciones y el descuido de la naturaleza, el tráfico de drogas, el contrabando, la mala administración de la justicia, unida a la indiferencia a los pobres, campesinos e indígenas.
“De larga data es el silencioso resultado que se palpa en el sufrimiento de millares de personas en el más absoluto desamparo. Estos señores del ídolo del dinero y del poder han manifestado poca vergüenza y por eso vale la pena que se pregunten seriamente, ante las palabras de Jesús, si esta fidelidad a los ídolos es compatible con guardarle fidelidad a Él y al Reino de Dios”, puntualizó.
Finalmente, agradeció a los concurrentes por haber desafiado el frío y la hora para asistir a misa. Imploró que las voces de los creyentes se unan en oración para que esta pandemia llegue a diluirse cuanto antes.
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Los asistentes, a pesar de estar en sus vehículos, portaron tapabocas y alcohol en gel, porque incluso se realizó la repartición de hostias, para lo cual debían pasar por un perímetro marcado y recibirla en las manos dentro del vehículo con la mascarilla puesta.
Cabe recordar que las misas y cultos fueron habilitados recién en la fase 3 de la cuarentena inteligente, pero con la participación de hasta solo 20 personas por vez, debido a lo cual se habilitó el agendamiento por horarios. No obstante, los representantes de la Iglesia encontraron la manera de que el acto alcance a más personas con este tipo de organización, que ya se concretó también frente a la Catedral de Asunción.
El estacionamiento del aeropuerto estuvo abierto desde las 5:00 para recibir a los participantes, espacio que pudo ser utilizado debido a que las fronteras se encuentran cerradas para vuelos comerciales desde el pasado 24 de marzo, lo que genera la ausencia de un flujo importante de vehículos que se registraba anteriormente cuando el Silvio Pettirossi estaba totalmente operativo. En la actualidad solo se reciben algunos vuelos humanitarios y de cargas.