“Gatillo fácil”: fiscala asegura que no se puede hablar de un “accidente”

La fiscala Ana Girala, que investiga el caso del niño baleado por policías “gatillo fácil”, dijo que para ella el hecho no pudo haber sido un accidente, como trató de justificar ayer el ministro del Interior, Euclides Acevedo. Su afirmación parte de la premisa de los disparos, que para ella fueron sin justificación. En total, el vehículo en que se desplazaban el matrimonio y sus dos hijos recibió siete disparos. La agente imputó a los dos policías por homicidio doloso en grado de tentativa, omisión de auxilio y lesión corporal en el ejercicio de funciones públicas.

Al menos cinco balazos atravesaron el coche atacado.Archivo, ABC Color
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Girala conversó este lunes con ABC sobre el hecho ocurrido a las 20:30 del sábado en San Lorenzo. Allí fue herido gravemente un niño de seis años en una persecución hecha por la Policía cuando el padre del menor evitó atravesar una barrera policial.

La agente sostuvo en todo momento que lo más grave fueron los disparos efectuados por los dos policías, identificados como el suboficial inspector Juan Darío Amarilla Ramírez (37) y el oficial ayudante Derlis Miguel Sanabria Talavera (25). Fue este último quien, según la propia Policía, atacó a tiros el vehículo de la familia. En total, el Toyota Runx recibió siete disparos.

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Para la fiscala, la zona en donde estaba instalada la barrera no estaba totalmente oscura pero sí era inhóspita. El papá del niño dijo que evitó la barrera para no ser coimeado por los agentes y luego añadió que escapó de la patrulla hasta encontrar un sitio mejor iluminado y donde haya mucha gente. Sin embargo, en el trayecto se produjeron los balazos por parte de la Policía.

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“Los policías pueden usar la fuerza si están en riesgo, si están viendo un hecho punible, si están persiguiendo a un delincuente y si ellos reaccionan de la misma manera. No pueden dispararte sin motivo alguno y si la persona no cometió un hecho en donde ponga en riesgo la vida del personal, lo que no sucedió en este caso”, expresó la agente del Ministerio Público.

Girala consideró que el hecho no puede ser considerado un accidente, al haber intencionalidad en los disparos. Añadió que lo único que pueden argumentar los policías, que se abstuvieron de declarar, es “actitud sospechosa”, algo que tampoco podrían hacer porque el automóvil estaba a una distancia lejana de la barrera. “No se podía ver si el automóvil fue denunciado como robado o si el vehículo se usó para un asalto (…) No, no es accidente. Al ver impactos de bala en el vehículo no podemos hablar de un accidente”, sostuvo.

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Sobre si la familia violó o no la cuarentena, la fiscala dijo que el matrimonio afirmó que llevaron a su bebé —hermana del niño herido— al hospital y de allí regresaban, pero que eso aún no lo pudo verificar. “Pero nada justifica que el personal policial haya realizado tantos disparos contra un vehículo (…) Ellos no pueden disparar a mansalva sin motivo alguno, menos cuando una persona no ha hecho disparos que pongan en riesgo al personal policial”, añadió.

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Finalmente, Girala informó que imputó al oficial Sanabria y al suboficial Amarilla por homicidio doloso en grado de tentativa y, como se informó ayer, omisión de auxilio y lesión corporal en el ejercicio de funciones públicas.

El hecho

Policías “gatillo fácil” de San Lorenzo persiguieron hasta Luque un vehículo en que se desplazaban un matrimonio y sus dos hijos después de que eludieran una barrera en el marco de la cuarentena anticoronavirus.

La persecución se inició el sábado a las 20:29, cuando el automóvil Toyota Runx negro, con chapa UAB 193, detuvo la marcha e hizo un giro en U como para regresar hacia Luque, justo cuando iba a alcanzar una barrera policial montada sobre la avenida General Eugenio A. Garay esquina Virgen del Rosario de San Lorenzo, frente al predio de Senasa, 400 metros antes de la rotonda de Yberá. Allí se inició la persecución policial que se extendió seis kilómetros y terminó en Luque.

El niño herido, que estaba en el asiento de atrás, acusó un balazo que le atravesó el cuerpo y otro tiro que le agarró de refilón en la pierna. Tras una compleja operación en el Hospital de Trauma de Asunción, hasta anoche el menor de edad seguía estable y evolucionando.

PERSECUCIÓN

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