El ir y venir de gente en medio del tráfico es un claro ejemplo de que, de a poco, el centro asunceno está recuperando su actividad normal, luego de más 50 días de confinamiento obligado por la pandemia de coronavirus.
El mayor movimiento de personas se puede apreciar sobre la calle Palma, donde hay varias prestadoras de servicios de telefonía móvil a las que se recurre para pagos y recargas. Sobre las calles 25 de Mayo, Oliva y sus transversales están otras tantas sedes de bancos, que atienden normalmente a sus clientes. Si bien los comercios y tiendas aún se mantienen cerrados, otros como las farmacias permanecen abiertos. Muchos bares y restaurantes también están operando, pero a puertas cerradas, ya que ofrecen sus productos en la modalidad de delivery.
En las veredas volvieron a aparecer los vendedores de revistas, baratijas e incluso los lustrabotas. Todos tratan, de alguna manera, de recuperar el tiempo perdido y volver a ganarse el pan, gracias a la reanudación paulatina de actividades.
En el microcentro están ubicadas varias paradas de taxis, que en su mayoría se montan apoderándose de cuadras y cuadras para el estacionamiento. Allí están decenas de vehículos, a la espera de clientes que los contraten.
A los caminantes, en su mayoría, se les puede ver usando tapabocas y lavándose las manos antes de ingresar a los comercios abiertos. En ese panorama, tampoco faltan los llamados “cuidacoches” siempre atentos para extorsionar a los automovilistas.
Esta es el ambiente que muestra el centro capitalino, que luego de varios días de confinamiento trata de recuperarse, aunque solo podrá volver a la normalidad cuando sus tiendas abran y sobre todo cuando las autoridades nacionales anuncien el aplanamiento total de la curva ascendente del COVID-19.