La coyuntura de la pandemia de covid-19 propicia la suma de todos los esfuerzos para que, aquellas comunidades rurales de Paraguay que ahora no cuentan con agua segura accedan a las inversiones necesarias para la adecuada instalación de sistemas de agua potable, la correcta organización de las Juntas de Saneamiento y al apoyo de la sociedad civil, de modo a prevenir enfermedades y lograr una mejor calidad de vida.
Hoy día cobra mayor importancia una de las medidas más simples, pero más efectivas: el lavado de manos con agua y jabón. Un hábito con el que “no tardaremos ni 30 segundos”, según el Dr. Romeo Humberto Montoya, médico y epidemiólogo, quien se desempeña como asesor de Enfermedades de la Salud y Determinantes Ambientales de la Salud de la OPS-OMS Paraguay.
Esto es eficaz empleándose de manera rigurosa en los momentos clave: antes de cocinar y de comer, después de ir al baño, antes de alimentar a un bebé, antes de tocarse la cara, después de toser o estornudar, de tocar basura, objetos sucios o animales, después de tocar superficies de uso común o de estar en lugares públicos, al igual que antes y después de cambiar pañales y atender a alguien enfermo.
El simple lavado de manos aunado con el distanciamiento social y el acceso a agua potable genera resultados sumamente positivos, por lo cual las inversiones deben ser prioritarias. “Se requiere mayor asignación de los fondos del Estado, que figuren en la estructura del presupuesto anual para que, de forma progresiva, se alcance la cobertura universal de agua y saneamiento. Si no existe inversión no habrá desarrollo” aseguró el experto.
Por su parte, las comunidades rurales juegan un rol fundamental ya que, si las mismas “tienen sus pozos de agua contaminados con coliformes fecales o si no se facilitan medios sencillos para la cloración y la vigilancia de la calidad del agua, siempre tendremos enfermedades, sobre todo en los niños” afirmó.
En este sentido, desde agosto de 2017 el proyecto Y Kuaa busca mejorar el acceso a agua potable de más de 30.000 personas y generar cambios de comportamientos clave en las comunidades respecto al agua, el saneamiento y la higiene, beneficiando a 63 comunidades de 6 departamentos del país: Concepción, San Pedro, Guairá, Paraguarí, Caaguazú e Itapúa.
A través de esto, más de 17.000 personas de 36 comunidades cuentan con sistemas de agua potable construidos por Senasa y el 57% del total de beneficiarios meta se lavan las manos con agua y jabón.