Médicos, enfermeros, agentes de policía, militares, pero también trabajadores de supermercados, choferes de buses, repartidores de alimentos y empleados de limpieza son quienes -a diferencia del resto de la población- no pueden guardarse en sus casas, como estrategia para frenar la circulación de la pandemia que en Paraguay se cobró ayer su primera víctima mortal y tiene 18 casos confirmados hasta anoche.
La propuesta es que hoy, cuando el reloj marque las 20, los paraguayos se asomen a sus ventanas o salgan al patio delantero de sus casas -no a la vereda- y batan palmas al unísono, como una muestra de reconocimiento a la heroica tarea de aquellos que deben obligatoriamente exponerse.
El aplauso masivo pretende ser también un homenaje al Dr. Hugo Diez Pérez, un neurocirujano de 69 años que fue uno de los primeros casos confirmados de coronavirus en el país y se convirtió ayer en el primer fallecido por esta enfermedad en Paraguay.