El coronavirus de Wuhan, covid-19, 2019-nCoV o síndrome respiratorio agudo (SARS-CoV-2), demostró en los últimos días que el mundo no tiene fronteras. Sin embargo, depende de la acción de cada gobierno mitigar el impacto de la enfermedad, que se contagia a un ritmo rampante, en todo el planeta.
La evidencia científica sugiere que no existe mejor medida que el aislamiento social para parar al covid-19. Sin embargo, es necesario entender que los casos van a ir sumando en los próximos días, no solo en Paraguay, sino en todo el mundo. Esto, sin embargo, no debe mermar los ánimos de la población porque la meta es mucho más ambiciosa que solo evitar enfermos: se busca también que los sistemas de salud no colapsen. En el caso de nuestro país, se sabe que es precario, con pocas camas disponibles en terapia intensiva y altos costos en el sector privado.
El 9 de marzo pasado –un día antes del anuncio del Gobierno– la prestigiosa revista científica The Lancet publicó un estudio liderado por el doctor Roy Anderson, del departamento de Enfermedades Infecciosas y Epidemiología del Centro de Análisis de Salud Global del Imperial College, en Londres, en donde se empezó a hablar de la curva.
Pero... ¿qué es la curva? La curva forma parte de un gráfico que muestra el potencial colapso del sistema de salud y un grave impacto en la economía si los gobiernos no toman las medidas necesarias y ordenan a sus ciudadanos aislarse para evitar el contagio masivo. Paraguay, de alguna forma, tomó la decisión un día después de conocerse el artículo.
El doctor Guillermo Sequera, director de Vigilancia de la Salud del Ministerio de Salud, dijo en la semana que nuestro país debió romper el protocolo de la Organización Mundial de la Salud por el caso del paciente que ingresó desde Argentina y que actualmente está en terapia intensiva. Argentina no era (y hasta hoy sigue sin serlo) un país vigilado por la OMS como foco del coronavirus. El médico aseguró que otros países imitarían a Paraguay “días después”.
Y así fue. El viernes 13, Estados Unidos decretó estado de emergencia en todo el país. El sábado 14, España ordenó la cuarentena a nivel país. Los países van sumándose al pedido de aislamiento social, especialmente en Italia y España, donde los casos van en aumento. En esos sitios los sistemas de salud –que son, lógicamente, de primer mundo– están al borde del colapso.
Aquí es donde vuelve a mencionarse la curva, que esencialmente quiere advertir sobre el contagio masivo al mismo tiempo (la curva alta), que se aplana con el aislamiento social no solo en las calles, sino también en las casas.
“Mantener la mortalidad lo más baja posible será la máxima prioridad para las personas; por lo tanto, los gobiernos deben establecer medidas para mejorar la inevitable recesión económica”, dice parte del artículo ¿Cómo influirán las medidas de mitigación basadas en el país en el curso de la epidemia de covid-19?, de The Lancet.
Paraguay, en ese sentido, ganó tiempo vital por dos factores clave: todavía no se sabe si el contagio se realiza antes o después de la aparición de los síntomas y su periodo de incubación, que es de entre cinco a seis días. Es decir, usted pudo haber contraído coronavirus hoy, pero recién en ese lapso de tiempo se le desarrollarán los síntomas como fiebre, dificultad para respirar y tos seca, que es el factor diferenciador con la influenza.
Esa es la curva, que en Paraguay sigue baja. En Italia o España debe bajar; en nuestro país debemos mantenerla plana para ganar tiempo y espacio. Otra de las cuestiones del estudio del Dr. Anderson es que muchos casos (el 80%) son asintomáticos: puede tener coronavirus y casi no sentirlo.
“Las estimaciones sugieren que aproximadamente el 80% de las personas con covid-19 tienen una enfermedad leve o asintomática, el 14% tiene una enfermedad grave y el 6% está gravemente enfermo, lo que implica que es poco probable que el control basado en los síntomas sea suficiente a menos que estos casos sean solo ligeramente infecciosos”, sostiene.
“Un tema clave para los epidemiólogos es ayudar a los decisores a formular políticas para decidir los objetivos principales de la mitigación, por ejemplo, minimizar la morbilidad y la mortalidad asociada, evitar un pico epidémico que sobrepase los servicios de atención médica, mantener los efectos en la economía dentro de niveles manejables y aplanar la curva epidémica”, se lee en el material.
Esto ganará tiempo para “el desarrollo y la fabricación de vacunas a gran escala y terapias con medicamentos antivirales. Dichos objetivos de mitigación son difíciles de lograr con las mismas intervenciones, por lo que se deben tomar decisiones sobre las prioridades. Para covid-19, el impacto económico potencial del autoaislamiento o la cuarentena obligatoria podría ser sustancial, como ocurrió en China”, añade el estudio de The Lancet.
Finalmente, el artículo científico dice que las mejores medidas son “una cuarentena voluntaria u obligatoria, que prohíbe las reuniones masivas, el cierre de institutos educativos o lugares de trabajo (...) el aislamiento de los hogares, pueblos o ciudades”.
¿Cómo influirán las medidas de mitigación basadas en el país en el curso de la epidemia de covid-19? (Artículo completo, solo disponible en inglés). Fuente: The Lancet.