Benítez dijo en conversación con ABC TV este viernes que decidió hacer la denuncia y pedir seguridad a la fiscala Cano porque sentía miedo. La funcionaria realizó este procedimiento en la oficina de la agente, adonde también llevó más documentación sobre las supuestas cajas paralelas en la PMT y el Abasto.
La funcionaria de la Comuna dijo que en los últimos días se percató de que vehículos sin chapa la siguen desde el trabajo hasta su casa. Además, estos rondan la zona de su vivienda. Aseguró también que en varias ocasiones se registraron, dentro de la municipalidad, el derramamiento de ácido sobre autos y la rotura de parabrisas como método de amedrentamiento. Es decir, una suerte de claque criminal que opera dentro de la Comuna para seguir con las recaudaciones paralelas.
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“Un vehículo sin chapa me siguió hacia mi domicilio. Ayer a la tarde al salir de la oficina, una camioneta blanca doble cabina rondó mi casa. Tengo miedo”, expresó.
Benítez, quien ahora es jefa de la Dirección de Transparencia y Anticorrupción de la Municipalidad de Asunción, añadió que realizó el mismo pedido a la Policía con la ayuda de su padre, que es comisario.
La funcionaria agregó que el cargo que ocupa ahora es el de jefa y no el de directora de esta dependencia, por lo que ya no tiene poder de decisión o control sobre las investigaciones en curso. Detalló que todos los procesos que se llevaron adelante durante la administración de Mario Ferreiro fueron puestos a disposición de la Procuraduría municipal. Es decir, se siguió el “camino” que correspondía.
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El pasado miércoles, Benítez ya había comparecido ante la fiscala Cano. Allí contó sobre presuntos varios hechos de corrupción dentro de la PMT y el Abasto.
La testigo apuntó que, ante las denuncias contra los agentes de tránsito, ella y su colaborador Flores se constituyeron en varias ocasiones en los sitios donde los agentes (“zorros grises”) montaban barreras sin autorización municipal ni fiscal.
Hacían controles de alcotest durante toda la noche donde se detenían a muchos vehículos, pero cuando se rendían las multas al día siguiente aparecía un número mucho menor. Agregó que muchas veces los agentes de la PMT hacían controles y cuando los veían llegar huían del lugar.
Hoy, Benítez explicó que, por ejemplo, en 2018 la recaudación de la PMT fue de G. 5.000 millones y, el año pasado, de solo G. 800 millones.
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Benítez añadió que se constituyeron también en el Mercado de Abasto, donde comprobaron que en los sectores que en los planos de la Municipalidad aparecían como áreas verdes estaban asentadas casillas que eran arrendadas en forma irregular y cuyo cobro de alquiler nunca iba a parar a las arcas de la intendencia. Además, nadie reclamaba, ya que en teoría no existían dichos puestos, indicó.
Estos sitios eran rentados por G. 1.500.000 a la semana como mínimo, estimó, y el modus operandi consistía en darle el alquiler a un arrendatario que subalquilaba a otras personas y de esa manera se recaudaban millones de guaraníes semanalmente.