En Paraguay apenas 4 de cada 10 estudiantes culmina la secundaria. Entre el 30 y el 45% de los jóvenes no posee competencias básicas de lenguaje y el 50% carece de competencias básicas en matemáticas. Paraguay está por debajo del promedio de América Latina en educación, y en una sociedad altamente desigual y con baja movilidad social, en donde el origen familiar define el futuro de los niños, es muy probable que los jóvenes paraguayos de hoy no alcancen mejores condiciones de vida que sus padres.
De acuerdo al estudio desarrollado por el BID “El futuro ya está aquí: Habilidades transversales de América Latina y el Caribe en el siglo XXI”, a esta situación se suma el alto impacto que la automatización tendrá en países muy desiguales como Paraguay. La inteligencia artificial y las tecnologías sustituirán la fuerza de trabajo no calificada, de tal manera que la riqueza generada por las nuevas tecnologías no llegará a la población vulnerable. La respuesta a este futuro ineludible debe plantearse desde hoy en un cambio de mentalidad hacia soluciones más creativas e innovadoras en educación pública en todos sus niveles.
Las habilidades transversales: las que definen hoy contrataciones
Es un hecho que los diplomas o títulos no reflejan hoy las habilidades de las personas y ya no definen contrataciones en parte importante del mundo laboral a nivel mundial. Instituciones como escuelas o universidades se van quedando rezagadas en paradigmas previos a la era de la información y, en el caso específico de Paraguay, no han incidido tampoco en la adquisición de habilidades básicas ni fundacionales que permitan a los ciudadanos el ejercicio de sus derechos, el acceso al empleo digno y a mejores condiciones de vida.
¿Qué son las habilidades transversales?
La tecnología hoy puede almacenar información y conocimiento de manera mucho más eficiente y eficaz que el cerebro humano. Por este motivo, la educación, más que apuntar a la memorización o acumulación de conocimientos específicos, debe fomentar el desarrollo de habilidades que puedan ser útiles a las personas a cualquier edad para que ellas puedan aprender a aprender continuamente (y desaprender), reinventarse y convivir con personas y entornos diferentes.
Estas habilidades no solo están orientadas a obtener mayores y mejores oportunidades laborales sino a lograr un mayor bienestar y calidad de vida.
Algunas de estas habilidades son: Comunicación, creatividad, pensamiento crítico, resolución de problemas, aprender a aprender, trabajo en equipo, empatía, perseverancia, resiliencia, tolerancia, habilidades digitales.
Según el informe “Alianzas Público-Privadas en Educación” de la organización internacional “The Dialogue, leadership for the Americas”, algunas respuestas hacia una transformación educativa son:
- Jornada extendida. El Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) contempla ampliar la jornada escolar de cuatro a ocho horas diarias con nuevas disciplinas que añadan valor a su formación, como las clases de codificación. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) está apoyando esta agenda ambiciosa mediante asistencia técnica (financiada por el Gobierno de Corea) que busca introducir clases de codificación en 100 escuelas que participarán del proyecto de la extensión. Este tiempo adicional en la escuela proporciona el espacio necesario para introducir esta nueva disciplina en el sistema educativo formal y promover el desarrollo de habilidades transversales en la población más vulnerable.
- Alianzas público-privadas en educación. Existen múltiples modelos de APP, no sólo cuando se trata del sector público contratando al sector privado para prestar servicios; los gobiernos, el sector privado e inclusive el sector sin fines de lucro deben pensar creativamente en cómo establecer y mantener estas alianzas. Colombia ha demostrado experiencias positivas en este sentido con mayor eficiencia y transparencia en gastos públicos, mejor entrega de servicios educativos, especialmente en poblaciones muy vulnerables, y con una mejora notable en la calidad educativa, según datos de pruebas PISA.
- Incorporación del enfoque conductual. La combinación de psicología, economía y ciencia cognitiva permite el desarrollo de estrategias conductuales para ayudar a las personas a tomar mejores decisiones para sí mismas y para la sociedad mientras mantienen su libertad de elección. Esto puede ser aplicado en el sistema educativo para el desarrollo de las habilidades críticas por medio de diferentes estrategias.
Mercedes Mateo, del BID, resaltó que “este es el momento en el que el Paraguay debe tomar la decisión correcta para aprovechar su bono demográfico y realizar las acciones necesarias que permitan a las nuevas generaciones tener vidas productivas, saludables y felices, y contribuir a crear un país más próspero. No hacerlo será más caro”.
Finalizó diciendo que "el siglo XXI está ocurriendo ahora y los cambios los estamos viviendo en este momento: la apuesta que permitirá a los paraguayos poder convivir de forma digna con los robots y sacarle el máximo provecho a la automatización será una educación enfocada en aquellas habilidades que no pueden ser sustituidas por la tecnología, más allá de los diplomas”.