La jueza Elvira Franco González dictó providencia en favor de Romero Santacruz en una denuncia por violencia contra la mujer que la ministra formuló contra un grupo de mujeres que la escracharon frente a su casa.
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Como medida de protección urgente la jueza resolvió prohibir al grupo escrachadoras el acercamiento a la señora Nilda Romero Santacruz y a su grupo familiar en forma personal, a su domicilio, su lugar de trabajo o cualquier otro lugar que represente peligro para la misma en un radio de 500 metros.
También prohibió “molestar, acosar, amenazar, y/o lanzar todo tipo de improperios a través de llamadas telefónicas, mensajes de textos, internet (correo electrónico), redes sociales (WhatsApp, Facebook, Twitter, Instagram) y/o cualquier otro medio de comunicación”. Otra prohibición es intimidar, hostigar, humillar o ejercer cualquier tipo de violencia verbal, física y/o psicológica hacia la ministra y sus familiares.
La medida de protección solicitada por Romero Santacruz surgió a raíz de que el pasado 11 de noviembre un grupo de mujeres denominado “Basta de impunidad” se manifestó frente a su vivienda para escracharla.
Las manifestantes repudiaron la indefensión de mujeres amenazadas por su pareja y que podrían ser víctimas de feminicidio. “Romero delincuente asesina de mujeres” y “fuera asesina” fueron parte de los duros descalificativos que corearon a la ministra Romero.
Natalia Daniela Ávalos Villalba, Liliana Cardozo Fernández, Viviana Raquel Benítez Lesme y Carmelo Danubio Galeano son los afectados por las restricciones establecidas por la jueza Franco.
“Que no se acerque a nosotras”
Con relación al tema, Natalia Ávalos expresó que esta disposición del juzgado es totalmente arbitraria. Indicó que en el parte policial del día del escrache consta que la manifestación fue totalmente pacífica. También lamentó que la ministra se valga de un tema tan sensible como lo es la violencia contra la mujer para evitar que la escrachen. Calificó el hecho como censura y cuestionó que el juzgado haya obrado de manera expeditiva en este caso, a pesar de la huelga del Poder Judicial que dejó pendiente otros casos. “Nosotras no queremos que ella se acerque a nosotras”, subrayó.
Igualmente, señaló que el actuar de la ministra va en contra de las funciones que la misma se comprometió a cumplir como lo es velar por la integridad de las mujeres. Comentó que con esta prohibición de acercamiento no podrá siquiera acudir al ministerio para verificar el estado judicial de la causa y tampoco recibir la contención psicológica de la que tanto hacen alarde las autoridades.
"Ellas las que ejercen violencia”
Por su parte, la ministra mencionó que pidió la medida de protección porque sintió temor real por su integridad y la de su familia. Indicó que las manifestaciones frente a su residencia fueron violentas y que todo esto quedó registrado en videos del circuito cerrado de su casa y la de sus vecinos. Acusó a las escrachadoras de tener intereses políticos ajenos a la gestión del Ministerio y comentó que además del grupo de mujeres, hombres a los que no pudo identificar se sumaron a las protestas y que está en manos del Ministerio Público individualizarlos para su posterior inclusión en la denuncia. “Yo lamento mucho que ellas hayan sido víctimas de violencia, pero ahora son ellas las que ejercen violencia”, señaló.
Igualmente, aseguró que no utilizó sus influencias para conseguir la resolución del juzgado puesto que se presentó como una ciudadana más a pedir protección puesto que temía por su vida. Afirmó que las manifestantes buscan mediatizar la situación para obtener el respaldo de otros sectores, con fines de captar adeptos.
Indicó que a prohibición de acercamiento no impedirá que las afectadas reciban contención psicológica puesto que estos servicios se dan en Ciudad Mujer y no en las oficinas del ministerio, a la que ella acude todos los días. También denunció que las funcionarias de la institución fueron agredidas por el grupo de escrachadoras puesto que cuando se manifestaron frente a la sede ministerial actuaron con gran agresividad y además expresaron cientos de improperios que violentaron a las trabajadoras.