Sus restos fueron llevados al Santuario Nuestra Señora del Rosario de esta ciudad, donde el capellán de la zona norte, de San Pedro, Pbro. oficial inspector Milciades Velázquez Franco, criticó duramente el traslado de los reos diciendo que “fue una vergüenza la mínima seguridad que se brindó durante dicho traslado de los delincuentes” que le costó la vida a Ferrari.
Dijo que de esta forma se seguirá derramando sangre y enlutando a muchas familias. Instó a la Policía Nacional a unirse y trabajar en equipo. Recordó como una excelente persona al comisario Félix Ferrari.
Además señaló que el personal de la zona norte padece innumerables penurias y necesidades en materia de salud, protección, alimentos y seguridad, y que muchas veces se ven obligados a mentir a sus familiares y decir que “todo está bien” pero que estos no tardan en darse cuenta de las calamidades que sufren en el interior del país.
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Un salmo para Villamayor
Durante su homilía el capellán dedicó el Salmo 39 al ministro del Interior, Juan Ernesto Villamayor, y dijo que espera “que entre bien en la conciencia de Villamayor”. “Mientras esté ante gente malvada vigilaré mi conducta, me abstendré de pecar con la lengua, me pondré una mordaza en la boca. Así que guardé silencio, me mantuve callado”, dice el pasaje bíblico.
“Queremos acompañamiento. Queremos un papá que nos acompañe y no que nos amenace. Cuando Villamayor fue a San Pedro todos lo esperamos con ansias para decirle nuestras necesidades, pero sin embargo él nos llamó la atención”, expresó el sacerdote.
Dijo también que es un compromiso para el nuevo comandante de la Policía Nacional velar por la familia del fallecido y para que se aclare el hecho. Pidió perdón a la ciudadanía por no llenar las expectativas de la gente, por falta de elementos necesarios para cumplir cabalmente con sus obligaciones. Pidió que todos oren por los policías para que sean hombres de bien y puedan brindar al pueblo lo que necesiten.
Familiares, amigos, vecinos, miembros de las fuerzas policiales, estudiantes del colegio Santa Teresita, exinstitución de estudios del fallecido, y docentes participaron de la celebración de la palabra en el Santuario Nuestra Señora del Rosario.
Con pañuelos blancos, banderas paraguayas y luqueñas, vecinos del segundo barrio Bella Vista de esta ciudad salieron a las calles a dar el último adiós al uniformado. Visiblemente afectados, varios vecinos de Ferrari lo recordaron como “una persona servicial y alegre”.