Friedmann: sin formación para el cargo, acusado de vaciar empresa familiar y derrochar dinero público

Rodolfo Friedmann, quien acaba de jurar como ministro de Agricultura y Ganadería, no terminó regularmente la secundaria y, sin formación universitaria específica, estará al frente de una cartera eminentemente técnica. Fue acusado de robar y llevar a pique a la empresa de su familia, la emblemática Azucarera Friedmann. Siendo gobernador del Guairá manejó dinero público e invirtió en obras “fantasma” y direccionó licitaciones para sus aliados políticos, además de nepotismo.

El nuevo ministro de Agricultura y Ganadería, Rodolfo Friedmann, con su esposa, Marly Figueredo.Arcenio Acuña, ABC Color
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Según datos del Ministerio de Educación, Rodolfo Max Friedmann Alfaro (44) terminó el primer curso (que hoy sería el séptimo grado) en el Colegio Don Bosco de esta ciudad, institución educativa privada católica. Fuentes de Villarrica indican que en el segundo curso fue expulsado y se trasladó al Colegio Gimnasio Paulino, entidad pública, donde estuvo matriculado varios años.

Desde el Gimnasio Paulino confirmaron que no terminó la secundaria en dicha institución. Es más, siendo gobernador, los directivos del colegio quisieron incluir su nombre en el cuadro de honor de exalumnos, pero tras verificar los registros se percataron de que no se llegó a graduar de bachiller.

En la página de la Cámara de Senadores aparece una biografía, proveída por él mismo, pero no brinda ningún detalle respecto a su educación media o terciaria.

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Por su parte, el nuevo ministro dijo a ABC que sí terminó el colegio, pero no dijo en cuál. “Gracias a Dios, tuve la oportunidad de hacerlo y de seguir curtiendo conocimiento... la oportunidad de estar a los 25 años al frente de una azucarera con miles de cañicultores, haber hecho crecer ese sector”, contestó por WhatsApp a nuestra consulta.

Al insistírsele en qué institución educativa culminó el secundario, dijo que lo respondería en otro momento. “Con tiempo lo hablamos. Quiero me comprendas que estoy organizando todo esto (su asunción al frente del MAG)”.

Acusado de vaciar empresa familiar

El directorio de la Azucarera Friedmann SA (AFSA) era manejado por su padre, Rodolfo Max Friedmann Cresta (64), quien logró ubicar a su hijo como director por dos periodos (6 años), hasta alrededor de 2012, según fuentes de la fábrica. Finalmente, su propio padre lo sacó por sospechas de malversación de fondos y lesión de confianza.

Una de las principales fueron contratos leoninos con Pulp, propiedad de Horacio Cartes, para la venta de azúcar por debajo del costo y con una comisión por debajo de la mesa a favor de Rodolfo Friedmann Alfaro, según lo que denunció el papá. Igualmente, otros accionistas indicaron a ABC Color que en ese lapso hubo sobrefacturaciones en insumos y facturas inventadas para justificar gastos, lo que constituiría el delito de lesión de confianza.

Sin embargo, las denuncias dentro de la empresa nunca se llevaron a la Justicia y se trataron internamente. Volvió a dirigir el ingenio azucarero su padre Friedmann Cresta. Años después hubo cambio de autoridades, venta de acciones y la cabeza visible de la fábrica es actualmente Emmanuel Friedmann. Después de varios años la empresa volvió a salir a flote.

En julio de 2012 se incautó azúcar de contrabando cerca de la estancia que era de propiedad de Friedmann (h) y también en los portones de la azucarera, manejada por Friedmann (p). Ambos se acusaron mutuamente de contrabandistas, de plantar el azúcar y de dar aviso a la Policía para el procedimiento. Ninguno de los dos fue procesado.

Dinero público

Rodolfo Friedmann Alfaro fue elegido concejal de Villarrica para el periodo 2010-2015, pero renunció para candidatarse a gobernador de Guairá. En plena campaña, su entonces secretario, Ovidio Cuevas, recibió G. 500 millones de la Gobernación para obras que nunca se hicieron, como aulas fantasma. Se sospecha que el dinero se usó en su campaña proselitista, pero Friedmann afirmó que no es responsable de lo que hace su secretario.

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En 2013 fue elegido gobernador y empezaron el vito de dinero, las contrataciones irregulares y las licitaciones direccionadas. En octubre de 2014 “regaló” G. 300 millones a dos jóvenes en concepto de asistencia social. El dinero nunca se rindió y el gobernador se deslindó afirmando que su uso es responsabilidad de los beneficiarios y no de él.

Hizo lo mismo con G. 190 millones que le dio a una “comisión departamental” con el pretexto de invertir en el estadio municipal “Ycuá Pytã” de Villarrica y en una iglesia de Borja. Pero en el estadio no se realizó obra alguna con estos recursos y las refacciones de la capilla fueron con una contratación independiente.

También preparó pliegos de bases y condiciones para eliminar a la competencia y direccionar contratos a determinadas empresas de su entorno. El direccionamiento era tal que cada empresa “amiga” de Friedmann tenía su cuota y de acuerdo a ella se repartían hasta los lotes de una misma licitación. Los empresarios lo negaban y decían que era una coincidencia que unos se presentaban para determinado lote y justo los otros no lo hacían, pero la organización previa confirmaba el alevoso direccionamiento. La probabilidad de que sea una casualidad que las ofertas coincidieran es de 3 en 1.000 (0,3%), según expertos en estadística.

Otro cuestionamiento es el nepotismo y planillerismo, pues contrató a su primo (quien se sospecha no acudía) y a su tío, en tanto que otro primo se fue a la Gobernación comisionado irregularmente desde el Ministerio de Salud.

De igual forma, Friedmann adjudicó una licitación a su propio jefe de prensa y también pagaba viáticos a los concejales departamentales por viajes “fantasma” a Asunción y con el objetivo de agraciarse con los miembros de la Junta Departamental. En octubre de 2014, amenazó al cuñado de sus rivales políticos por comentarios que hizo en Facebook. La amenaza fue por WhatsApp y la captura de pantalla se viralizó.

Otro punto es que al inicio de su gestión denunció corrupción en la Unves de Villarrica, pero luego negoció con cupos políticos y se convirtió en un padrino político más de la universidad.

Presión a tomateros

Rodolfo Friedmann ya tiene antecedentes con proyectos del Ministerio de Agricultura y Ganadería cuando era gobernador de Guairá (2013-2017). En ese período, productores de tomates denunciaron que fueron presionados por funcionarios de la Dirección de Extensión Agraria (Deag) a fin de que contratasen a la empresa de un familiar del entonces gobernador para la construcción de invernaderos en el marco del proyecto 70/30 del MAG.

Desde el Ministerio se defendieron afirmando que no era una presión, sino una recomendación para trabajar todos con una empresa en la que confían. Friedmann respondió entonces que no tenía injerencia en las adjudicaciones de la cartera de Agricultura y Ganadería

Otros cuestionamientos

Dependiendo del momento político por las internas partidarias, la Municipalidad de Villarrica adjudicó y retiró la concesión de la exclusividad en la explotación de las máquinas tragamonedas en la ciudad a un presunto testaferro de Friedmann Alfaro. Los contratos siempre fueron directos, violando la ley de Contrataciones Públicas.

También se sospecha que, siendo gobernador, fue a los corsos de Villarrica con dinero público. El jefe departamental alquiló camarotes y habría hecho figurar los gastos como desembolsos de la gobernación en concepto de aportes al carnaval.

Se suma que fue acusado de proteger a radios piratas, pues una de ellas era propiedad de su secretario Ovidio Cuevas. Es más, la Gobernación financió con recursos públicos la instalación de la antena radial de la emisora “mau”.

Otro caso es que pagó G. 1.500 millones por pozos artesianos que no funcionan como se proyectaron.

De villano a héroe

Rodolfo Friedmann Alfaro pasó de villano a héroe tras el intento de sacarlo de la gobernación con una renuncia fraguada, aprovechando que estaba de luna de miel en el exterior con su esposa Marly Figueredo, en febrero de 2017. Fueron sus enemigos políticos del mismo movimiento Honor Colorado, en donde el jefe departamental también militaba.

La maniobra trajo convulsión política en la institución y Friedmann se alió a Mario Abdo Benítez –en ese entonces senador y candidato a la Presidencia– y pasó al movimiento Colorado Añetete. Finalmente quedó como un defensor de la democracia y del voto popular.

Se ubicó en el puesto número 8 de la lista de Añetete y tras las internas partidarias quedó en el puesto 18 de la lista de la ANR. Después de las elecciones, inicialmente, no iba a entrar en el Congreso pues se ubicó como número 46.

Pero debido a que Horacio Cartes y Nicanor Duarte Frutos no pudieron jurar, el entonces presidente del Senado, Fernando Lugo, dispuso lo que establece el reglamento de la Cámara: en caso de registrarse bajas en la lista de proclamados, ingresan automáticamente los siguientes candidatos titulares con más votos. La lista se corrió dos lugares y, en este caso, entraron Friedmann y Mirta Gusinky.

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