A un año del accidente aéreo en el cual fallecieron el entonces ministro Luis Gneiting, el viceministro de Ganadería Vicente Ramírez, el funcionario Luis Eladio Charotti Barquinero, el técnico Luis Charotti, y el piloto Gerardo “Baby” López, hoy se dieron a conocer los resultados del peritaje del percance.
Aquel 25 de julio de 2018, la comitiva salió a las 18:25 del aeródromo de la ciudad de Ayolas (SGAY), propiedad de la Entidad Binacional Yacyretá. Según las conclusiones del peritaje, dicha estación aérea estaba habilitada solamente para vuelos diurnos y no contaba con equipamiento de radioayuda para la navegación.
Además, las pericias a los motores y las hélices de la aeronave no revelaron ninguna anomalía previa al accidente que pudiese haber impedido su correcto funcionamiento. Tampoco hubo evidencia de falla o mal funcionamiento en ningunas de las hélices.
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Asimismo, reiteran que el piloto poseía todas las licencias y estaba habilitado para realizar los vuelos, al igual que la aeronave contaba con el certificado de aeronavegabilidad vigente.
Sobre la causa probable, mencionan que “aunque no ha sido posible establecer una relación causal directa, la causa primaria del accidente está asociada al factor climatológico, con condiciones meteorológicas adversas que iniciaron una secuencia de eventos desencadenantes”.
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Por otra parte, se añade que hubo una “probable desorientación del piloto por encontrarse en un ambiente de significativa reducción de la visibilidad al ingresar en la capa de nubes y el encandilamiento producido por el reflejo de las luces de aproximación de la aeronave encendidas dentro de la capa de nubes”.
En ese mismo sentido, detallan que “se puede sospechar que el piloto haya tenido una pérdida de conciencia situacional (desorientación espacial) debido a las múltiples tareas que debía realizar al momento en la aeronave y otros factores desencadenantes, como las luces de aterrizajes encendidas en todo momento pudiendo contribuir más a una desorientación hasta el accidente (encandilamiento por el reflejo de las nubes)”.
Mencionan además que los factores contribuyentes para el accidente fueron “la realización del despegue en condiciones instrumentales, en horario nocturno y una situación atmosférica adversa con techo bajo y en un aeródromo no habilitado ni equipado para el efecto”. Además, de “las deficiencias en la información meteorológica disponible en el aeródromo, lo cual no incluía altura del techo de nubes ni la visibilidad”.
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Estos datos fueron dados a conocer tras una conferencia de prensa brindada en el Ministerio de Agricultura esta mañana, en la cual difundieron el informe final del peritaje, que cuenta con 59 páginas detalladas sobre todo el suceso.
En dicha rueda de prensa, el actual Ministro de Agricultura, Denis Lichi, destacó que en los próximos días van a recibir el dinero por el seguro de la aeronave y el resarcimiento económico para familiares de las víctimas. En total, el MAG recibirá G. 2.500 millones.
Lichi reiteró que el informe claramente indica que los factores climáticos fueron la causa primaria, debido a que esa noche se registraron lluvias, nubosidad baja y fuertes vientos. Finalmente, reiteró sus condolencias a los familiares de las víctimas fatales.
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La aeronave, una Barón 58 con matrícula ZP-BEU asignada al Ministerio de Agricultura y Ganadería, despegó esa trágica tarde cuando ya había oscurecido y el tiempo estaba inestable. Según los datos brindados hoy, luego de partir del aeropuerto ubicado en la ciudad de Ayolas, realizó un viraje lentamente por derecha, aparentemente con intenciones de retornar a la terminal aérea de partida.
El piloto realizó una maniobra para poder aterrizar nuevamente. Según las imágenes que se observan en el circuito cerrado, minutos después reaparece la luz del avión, realizando un giro de izquierda a derecha, y luego de unos segundos desaparece nuevamente entre las nubes, para luego precipitarse a tierra.