Los perros son criaturas altamente sensoriales y responden de manera intensa al contacto físico. Para los humanos, abrazar es una expresión de amor y cariño, pero en el mundo canino, el significado puede variar. Mientras que algunos perros disfrutan de los abrazos, otros pueden sentirse incómodos o agobiados, ya que en su lenguaje corporal, envolverse con los brazos es una restricción más que un gesto de afecto.
Cuando los humanos besan a sus perros, expresan amor y familiaridad. Los perros, por su parte, pueden no interpretar los besos de la misma manera. Para ellos, el acto de lamer puede ser una forma de comunicación o sumisión. Sin embargo, los perros pueden aprender a asociar los besos humanos con una atención positiva y afecto, especialmente si se combina con otras señales agradables como caricias y palabras suaves.
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Los perros también son muy receptivos al tono de voz, la cadencia y el volumen. Cuando les hablamos con un tono agudo y melodioso, similar al que utilizamos con los bebés (conocido como “habla dirigida a bebés”), los perros suelen prestar más atención. Este tipo de comunicación puede transmitir entusiasmo y bienestar, ya que los perros pueden captar la intención emocional detrás de nuestras palabras, incluso si no entienden cada palabra en sí.
La percepción emocional de los perros
Las investigaciones sugieren que los perros son capaces de reconocer estados emocionales humanos a través de señales visuales y auditivas. Pueden interpretar los estados de ánimo de sus dueños y responder en consecuencia, mostrando empatía y afinidad emocional.
Con el tiempo, los perros aprenden a responder a ciertas acciones y palabras a través de la experiencia y la observación. Esta capacidad de aprendizaje y adaptación refuerza el vínculo humano-canino y permite a los perros asociar ciertos gestos humanos con experiencias positivas.
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Aunque los perros no comprenden completamente los gestos humanos de la misma manera que lo hacen los humanos, tienen la capacidad de interpretar la intención emocional detrás de las acciones como los abrazos, besos y el tono de voz.
A través de su sensibilidad a las emociones y la capacidad de aprender, los perros se adaptan a estas expresiones de cariño, reforzando el vínculo especial que comparten con sus dueños. Por tanto, mientras continuamos explorando esta fascinante relación, es importante ser conscientes de las señales de comodidad e incomodidad que muestran nuestros amigos caninos para asegurar una relación basada en un entendimiento mutuo y respeto.