Asegurate de que tu amigo peludo se vea y se sienta lo mejor posible, incluso después del baño. Elegí un día soleado y reuní tus suministros antes de comenzar. ¿Qué necesitás?
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- Champú para perros (preferiblemente uno diseñado para razas de pelo largo)
- Acondicionador (opcional)
- Un cepillo adecuado para pelo largo (los cepillos más suaves funcionan bien)
- Toallas
- Una alfombra antideslizante para el área de baño
- Un premio para recompensar el buen comportamiento
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El baño de tu perro
Si tu perro es lo suficientemente pequeño, usá una bañera o un lavamanos. Para perros más grandes, una ducha o un área al aire libre funciona mejor.
Coloca una alfombra antideslizante: esto ayuda a que tu perro se sienta seguro mientras se baña y evita que se resbale.
Cepillá su pelo antes del baño: comenzá cepillando el pelaje de tu perro para eliminar los enredos y el pelo suelto. Esto hace que el proceso de baño sea más fácil.
Mojá el pelaje: usá agua tibia para mojar bien el pelaje de tu perro. Evitá que le entre agua en las orejas y los ojos.
Aplicar el champú y enjuague
Aplicá champú: hacé espuma con el champú en el pelaje de tu perro, asegurándote de que llegue a la piel. Concentrate en las zonas donde tiende a ensuciarse, como debajo de la barriga y detrás de las orejas.
Enjuagá bien: asegurate de enjuagar bien para que el champú del pelaje no produzca irritaciones. Los restos de champú pueden causar problemas en la piel.
Acondicionador (opcional): si usás un acondicionador, aplicalo siguiendo el mismo proceso que el champú, asegurándote de peinarlo para una distribución uniforme.
Enjuague final: enjuagá el acondicionador por completo.
Secado
Secado con toalla: exprimí suavemente el exceso de agua con una toalla. Evitá frotar con fuerza, ya que esto puede causar enredos.
Secado al aire o con secador: dejá que tu perro se seque al aire en una habitación cálida o usá un secador de pelo seguro para mascotas en una configuración baja.
Mantené el secador a una distancia segura para evitar el sobrecalentamiento.
Aseo
Cepillá de nuevo: una vez que tu perro esté seco, volvé a pasar el cepillo por su pelaje. Comenzá desde la raíz hasta las puntas para eliminar los enredos.
Comprobá si hay enredos: si encontrás enredos, desechalos con cuidado con los dedos o una herramienta para desenredar con delicadeza para no lastimar a tu perro.
Recortá si es necesario: si tu perro tiene muchas puntas abiertas o pelo rebelde, considerá recortarlo con tijeras.
Limpiá las orejas y los ojos: usá un paño húmedo para limpiar alrededor de los ojos y las orejas con una solución aprobada por el veterinario.
¡Es hora de premiar! No olvides premiar a tu perro con golosinas y elogios por su buen comportamiento durante el baño y la sesión de aseo. Esto refuerza el comportamiento positivo y facilita el aseo futuro.