La mayoría de los gatos pasan su vida sin necesidad de tomar un baño ya que ellos se acicalan y se limpian regularmente, pero a veces un chapuzón rápido es inevitable; en especial si aparece algún problema dermatológico. Si dejan de acicalarse es un llamado de atención para los propietarios que algo anda mal.
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El médico veterinario Diego Dacak nos brinda esta recomendaciones para que bañar a tu gato cuando lo necesite no se convierta en una guerra campal.
- Podés usar la bañera, o un recipiente que se ajuste a su tamaño.
- Es conveniente que coloques una alfombra en la superficie para evitar que tu gato se resbale con las uñas. Sus patitas y los recipientes resbalosos o incluso la bañera puede ser un gran obstáculo para el baño.
- Recomendamos las alfombras de baño que podés encontrar en las tiendas de mascotas o incluso en tiendas para el hogar.
- Procurá utilizar agua tibia (a unos 30 grados), así tu gato no pasará frío y disfrutará del agua para su piel y del baño.
- Utilizá un champú específico para felinos. Éste último punto es muy importante, porque los champús para humanos, aunque sean neutros, no respetan el PH de la piel de los gatos.
- Durante el baño, evitá el contacto del agua con sus orejas y ojos. De esta manera se disminuye el riesgo de que nuestro amigo gato desarrolle infecciones a futuro. Además, ayuda a que el mismo se sienta cómodo y más tranquilo.
- Una vez finalizada la tarea debe ser secado con una toalla con mucho mimo y cuidado. Si es invierno o el ambiente está fresco podés utilizar un secador para acelerar el secado, aunque el ruido que produce suele generarles inquietud y ansiedad, entonces podes probar con un secador silencioso, dejá que lo toque para que se familiarice con él.
- Cuando hayas conseguido que esté totalmente seco y tranquilo, podés darle un último cepillado para que su pelaje resulte brillante y uniforme.