Las mascotas no siempre benefician a dueños con problemas mentales

Las personas afectadas por condiciones como el trastorno bipolar no se ven “significativamente beneficiados” por tener un gato, un pez o un periquito, de acuerdo a un nuevo estudio.

Un estudio llegó a la conclusión de que no siempre el acompañamiento de mascotas significa menos estrés para personas psicológicamente vulnerables.Sebastian Gollnow
audima

Un equipo de investigación de la Universidad de York descubrió que incluso el hecho de tener un perro “no estaba asociado con el bienestar, la depresión, la ansiedad o la soledad de propietarios con una serie de enfermedades mentales graves”.

Pero al mismo tiempo, más del 95 por ciento de las 170 personas encuestadas aceptó que sus mascotas “les proporcionaban compañía, una fuente de consistencia en su vida y los hacían sentir amados”, de acuerdo al reporte publicado por el Centro de Agricultura y Biociencias Internacional (CABI).

El equipo de la Universidad de York hizo un seguimiento de una encuesta realizada en 2021 en la que la tenencia de animales “se asociaba con un deterioro autodeclarado de la salud mental”, que postulaba que “podía deberse a las restricciones de la pandemia y a los retos que suponía cuidar de su animal en el encierro”.

“En ausencia de restricciones Covid-19, una posible explicación para nuestros hallazgos actuales podría ser que la responsabilidad añadida de la propiedad de animales todavía puede exacerbar otros factores de estrés potenciales experimentados por las personas que viven con enfermedades mentales graves”, afirmó Emily Shoesmith, de la Universidad de York.

La experta indicó que esto puede incluir “el coste de la comida, las facturas veterinarias y la incertidumbre sobre la vivienda”.

Investigar más el tema

Shoesmith y sus colegas creen que los resultados de la encuesta sugieren que la “creencia común de que los animales son beneficiosos para el bienestar” no es “totalmente cierta para todos los miembros de todas las subpoblaciones en todos los contextos”.

Los investigadores consideraron sin embargo que se debe trabajar más en el tema.

“La investigación futura se podría beneficiar también de reclutar una muestra de mayor tamaño y comparar una variación más amplia de especies identificadas como el animal al que el participante se sentía más cercano”, declaró Elena Ratschen, también de la Universidad de York.

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