El bienestar de nuestro perro es una de las principales consideraciones en esta discusión acerca de si nuestra mascota debe o no subirse a nuestra cama. A pesar de que los perros se han adaptado para soportar temperaturas bajas, ciertas razas son más sensibles al frío que otras, en particular aquellas con pelaje corto o sin pelo.
Si bien algunos dueños optan por ofrecerle una cama acogedora o una manta suave en el suelo, otros argumentan que la cercanía física y el calor corporal que proporciona dormir en la cama son más reconfortantes para la mascota.
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Problemas de comportamiento: menos estrés o más ansiedad
Además del confort, la decisión de permitir que un perro duerma en la cama también puede afectar su comportamiento. Algunos propietarios consideran que dejar que su perro duerma en la cama puede provocar problemas de territorialidad o de ansiedad por separación.
Por otro lado, otros propietarios encuentran que la práctica puede fortalecer el vínculo con su perro y ayudar a reducir el estrés en general.
Consideraciones de higiene
Otro factor que puede influir en la decisión de permitir o no que un perro duerma en la cama es la higiene.
Si bien muchos perros son limpios e inodoros, incluso después de un baño, otros pueden dejar rastros de suciedad o pelo en las sábanas.
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Alternativas para mantener a los perros calentitos
Si decidimos que queremos que nuestra mascota duerma en otro lugar que no sea nuestra cama, existen otras opciones que pueden ayudar a mantenerlos cálidos durante la noche.
Una solución común es proporcionar una cama para perros con una manta o hasta una almohada térmica, incluso un espacio cerrado con calefacción si la temperatura es muy baja.