Según Sarah Ross, experta en mascotas de la organización alemana de bienestar animal “Vier Pfoten”, la muda de pelo suele durar entre seis y siete semanas.
Durante ese periodo, Ross recomienda cepillar a diario al perro o al gato. De esta manera el animal se desprende del pelo muerto y, al mismo tiempo, recibe un masaje que estimula su circulación sanguínea.
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En caso de que la mascota sea especialmente peluda, es importante optimizar su alimentación. Durante el cambio de pelaje, tanto los perros como los gatos necesitan más proteínas, zinc, vitaminas A y B, así como ácidos grasos no saturados. Estos se encuentran por ejemplo, en el aceite de borraja, de pescado o de onagra, que están disponibles como complementos alimenticios.
Sin embargo, no todos los perros cambian de pelaje dos veces al año. Algunas razas, como los caniches, los habaneros o los yorkshire terrier, casi no pierden pelo.
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No obstante, la veterinaria alemana recomienda el aseo intensivo de estos animales durante todo el año. Como el pelaje crece continuamente hay que cepillar o recortar el pelo con regularidad.
Ross advierte que si se descuida el aseo, el pelo puede quedar enmarañado, anudado o crecer de tal manera que incluso puede inhabilitar al animal en sus movimientos.