El gato siamés no se asusta de los humanos, al contrario, buscará a su familia siempre afectuoso, y no se asombre si hace lo posible por sentarse en su regazo, ya que detesta el piso frío. También lo verá al sol tendido siempre son elegancia.
No da trabajo prácticamente, porque como todo felino es muy limpio, se acicala con sumo cuidado y pareciera que está a punto de salir de paseo.
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Cuando visite al veterinario consulte acerca de su alimentación, ya que debe contener taurina, un aminoácido que incide en el funcionamiento cardíaco y ocular. Recuerde que deben cuidarse sus hermosos ojos azules y su ingesta debe contener los nutrientes necesarios para evitar que pierda la visión.
Y aunque no lo crea el siamés puede sufrir conjuntivitis y hasta estrabismo, porque la raza es propensa a ello. Sus ojos necesitan protegerse.
Sus exigencias
Acostúmbrelo desde pequeño y cepille su pelo, día de por medio. Verá como luce vital, enérgico, rascando las superficies para gastar sus garras.
Una vez castrado pasará mucho tiempo en la casa y siempre que no le falte comida no tendrá necesidad de buscarla en la calle o en otras casas.
Si piensa adoptar un siamés tenga en cuenta estos detalles y lo tendrá como mascota por mucho tiempo.