Estas aves migratorias, una especie protegida en Alemania, llegaron al inicio de la primavera a la localidad de Ühlfeld, en el norte rural de Baviera. Dos de ellas hicieron su nido en la chimenea de la cervecería, explicó a la AFP el responsable Christian Zwanzger.
"Ya habíamos tenido algunas de ellas [en el tejado de la cervecería] y las jóvenes cigüeñas, cuando vuelven, suelen hacerlo en el mismo lugar", recuerda.
"A las cigüeñas les encanta venir aquí. En Ühlfeld tenemos unos 35 nidos", dice Zwanzger.
Esperaron que el nido hubiera sido construido para luego quitarlo con un aparato especial, una solución compleja, pero que ya ha sido aplicada y que permite a las cigüeñas fundar su familia y al mismo tiempo continuar con la producción de cerveza.
Pero cuando el nido había sido terminado, "nos encontrábamos en pleno confinamiento", recuerda Zwanzger, quien lamenta que "nadie estaba disponible y necesitábamos un aparato especial para quitarlo. No fue posible entonces".
Después nacieron las crías y descartaron tocar el nido. Pero ahora que las pequeñas cigüeñas empiezan a volar, un artesano vendrá la próxima semana para quitarlo.
La cervecería podrá entonces reiniciar su producción en un momento en que las reservas prácticamente se han agotado, pero deberá esperar unas cinco o seis semanas antes de que la nueva cerveza esté lista.