Depende de nosotros

En diciembre fui a Paraguay después de un año. Como miles tuve que pasar la mayor parte de la pandemia en el extranjero, en mi caso en los Estados Unidos. Hoy doy gracias a Dios porque me toca estar aquí donde tengo seguro médico y ya disponemos de tres vacunas. Pero me causa mucha tristeza que en mi querido Paraguay la situación no se vea muy favorable y que esté empeorado.

Depende de nosotrosArchivo, ABC Color
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Cuando viajé en diciembre, me sentí bastante segura durante mi viaje, desde el principio, antes de abordar el avión y hasta el momento que llegué a Asunción.

Todo fue perfecto, el control de los pasajeros, pruebas de covid, la gente mantuvo distancia. En Asunción me gustaron los lavatorios en los comercios, supermercados, restaurantes, peluquerías, etc. Me gustó mucho ese sistema y muy estricto fue todo el control en cuanto al uso de dichos lavatorios. Un guardia siempre asegurándose de que la gente se lave las manos antes de entrar a los locales comerciales, hasta allí todo lindo.

Mi primera impresión de lo que el gobierno implementó para que la gente se cuide del covid me pareció estupendo al menos en Asunción . Pero el panorama cambió cuando viaje hacia el Norte. A medida que nos alejábamos de Asunción noté que la gente estaba más relajada, no todos guardaban distancia, no había lavaderos en todos los comercios, y lo que es peor, mucha gente sin tapabocas. Cuando alcanzamos Yby Yau la cosa se veía aún peor, más gente sin tapabocas, y eso que ya nos encontrábamos cerca del Brasil.

Al llegar al departamento de Concepción mejor no recordar el relajo de la gente. Hasta pregunté a más de una persona a quienes vi sin tapabocas si ellas no tenían miedo del virus. Me aterró la respuesta: “Mba’e viru pio, umía ningo japu”, mientras se pasaban la guampa del tereré.

Después de pasar casi un mes en Paraguay me di cuenta que muchos paraguayos procuran quedarse en la casa y salen lo menos posible, pero también pude observar que mucha gente no se cuida , tanto en el interior como en la capital. Por más que el gobierno ponga de su parte ordenando toque de queda por las noches, durante el día la gente anda totalmente relajada. Por más que el guardia de seguridad les recuerde que hay que lavarse las manos, el guardia no les sigue al auto y otros lugares donde van para asegurarse de que lo hagan. Por más que muchas familias pudieron hacer el sacrificio de quedarse solo un año sin salir del país por vacaciones, muchísima gente fue al Brasil donde está el enemigo.

Pronto va a llegar mitad de año y si es que la gente en Paraguay no se decide de una vez por todas a cuidarse por sí sola, sin que un guardia le haga acordar que hay que lavarse las manos, que hay que usar tapabocas, el panorama será triste y devastador y muchísimas personas mas van a morir o quedaran con secuelas.

Ser paraguayo ahora es quedarse en donde se está y no poner en riesgo la vida propia y la de los demás. Es amarse y tolerase a uno mismo y a los nuestros por más que sea entre cuatro paredes.

Mariana De Gásperi CI 1.562.618

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