La comisión, formada por 58 expertos que representan a múltiples especialidades médicas y países, analizó la evidencia disponible para hacer por consenso una nueva definición de la obesidad que, según los últimos estudios, afecta a una de cada ocho personas en el mundo.
En un artículo publicado en The Lancet la comisión define la obesidad como una condición caracterizada por el exceso de adiposidad, con o sin distribución o función anormal del tejido adiposo, y con causas que son multifactoriales y aún no se comprenden por completo, y distinguen entre obesidad clínica y pre-clínica. "Enfermedad vs. salud", señalan.
Los expertos consideran que las medidas actuales de la obesidad basadas en el IMC (el peso de la persona) pueden tanto subestimar como sobreestimar la adiposidad y proporcionar información inadecuada sobre la salud a nivel individual.
Por ello recomiendan que ese índice se utilice solo como una medida sustitutiva del riesgo para la salud a nivel de población, para estudios epidemiológicos o para fines de detección.
"El exceso de adiposidad debe confirmarse mediante la medición directa de la grasa corporal, cuando esté disponible, o al menos un criterio antropométrico (circunferencia de la cintura, índice cintura-cadera o índice cintura-estatura) además del IMC, utilizando métodos validados y puntos de corte apropiados para la edad, el género y la etnia", subrayan.
Las recomendaciones de la comisión -señala el artículo- han sido acordadas con el más alto nivel de consenso entre los comisionados (entre 90 y 100%) y respaldadas por 76 organizaciones de todo el mundo, incluidas sociedades científicas y grupos de defensa de los pacientes.
La obesidad clínica es definida como una enfermedad sistémica crónica caracterizada por alteraciones en la función de los tejidos, órganos, el individuo entero o una combinación de ambos, debido al exceso de adiposidad, que puede provocar graves daños en algunos órganos, causando complicaciones que alteran la vida y pueden ponerla en peligro.
La obesidad preclínica es un estado de exceso de adiposidad con función preservada de otros tejidos y órganos y un riesgo variable, pero generalmente aumentado, de desarrollar obesidad clínica y varias otras enfermedades no transmisibles (diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular, ciertos tipos de cáncer y trastornos mentales).
"Aunque el riesgo de mortalidad y enfermedades asociadas a la obesidad puede aumentar como un continuo a través de niveles crecientes de masa grasa, diferenciamos entre obesidad preclínica y clínica (es decir, salud versus enfermedad) para fines clínicos y relacionados con las políticas", agregan.
El objetivo específico de la comisión era establecer criterios objetivos para el diagnóstico de enfermedades, ayudando a la toma de decisiones clínicas y la priorización de intervenciones terapéuticas y estrategias de salud pública.
Al respecto, los 58 expertos de la comisión indican que los encargados de formular políticas y las autoridades sanitarias deben garantizar un acceso adecuado y equitativo a los tratamientos disponibles basados en la evidencia para las personas con obesidad clínica.
También indican que "las estrategias de salud pública para reducir la incidencia y prevalencia de la obesidad a niveles de población deben basarse en la evidencia científica actual, en lugar de suposiciones no probadas que culpan a la responsabilidad individual por el desarrollo de la obesidad".
De acuerdo a un estudio publicado también en The Lancet en marzo pasado, las cifras globales de obesidad en adultos se han duplicado en los últimos 30 años y en el caso de los menores de edad se han multiplicado por cuatro.
En 2022 había más de 880 millones de obesos (504 millones de mujeres y 374 millones de hombres), además de 160 millones de niños y adolescentes con obesidad.