El Consejo de Seguridad se reunió hoy de emergencia, a instancias de la presidencia argelina, para tratar específicamente sobre los ataques israelíes a infraestructuras médicas en Gaza, que según el Ministerio palestino de Salud se han cobrado la vida de 1.050 profesionales del sector, siendo todos ellos -recalcó Türk- “civiles que prestan una función crítica en tiempos de guerra”.
Los ataques israelíes han dejado en los casi quince meses de guerra 100.000 heridos, y de ellos "muchos han muerto esperando tratamiento por falta de acceso a cuidados médicos", resaltó el alto comisionado por teleconferencia, y destacó los crecientes obstáculos que Israel pone a los organismos de la ONU y otras agencias humanitarias para proveer estos servicios.
Recordó que en el derecho internacional es obligatorio distinguir entre blancos civiles y militares, y "usar artillería pesada contra hospitales resulta difícil de reconciliar con ese principio"; es más, atacar de manera intencionada hospitales donde se trata a los heridos "es un crimen de guerra (...) y la destrucción deliberada de infraestructuras médicas equivale a un castigo colectivo que también constituye un crimen de guerra".
Türk dijo que Israel aduce -hoy lo volvió a hacer, en momentos previos a esta reunión, por parte de su embajador ante la ONU- que sus ataques a los hospitales se justifican porque sirven de escondrijo a militantes de Hamás, pero "Israel no ha ofrecido suficiente información para sustentar esas acusaciones, que son vagas y con frecuencia erróneas. En algunos casos, son contradictorias con la información disponible".
Si las acusaciones de Israel fueran ciertas, eso equivaldría también a un crimen de guerra por parte de Hamás, por lo que Türk pidió públicamente "una investigación independiente, transparente y exhaustiva" sobre sus ataques a los centros médicos y su supuesto uso impropio para fines militares.
Sin embargo, desde el comienzo de la guerra, Israel se ha negado a permitir investigaciones independientes sobre su actuación durante la guerra de Gaza, del mismo modo que impide desde hace quince meses el acceso de periodistas a la zona de guerra.