El comité de emergencia, que se reúne periódicamente para analizar el desarrollo de la epidemia, consideró tras su encuentro de este viernes que es necesario “mantener una respuesta cohesionada entre países y socios”, lo que justifica el mantenimiento del nivel de emergencia declarado desde el 14 de agosto.
En lo que va de año se han registrado unos 46.000 casos sospechosos y 11.000 confirmados de mpox en África y más de 1.100 fallecidos, especialmente en la República Democrática del Congo, con brotes importantes en otros países de la región como Burundi o Uganda, según datos de la OMS.
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La actual alarma de la agencia sanitaria internacional por la mpox se debe a la rápida expansión y alta mortalidad en África de una nueva variante (clado Ib), diferente de la que causó en 2022 un violento brote en África, así como cientos de casos en Europa, Norteamérica y países de otras regiones.
Aquella variante menos letal ya llevó a una primera declaración de la emergencia sanitaria internacional entre 2022 y 2023.