El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores aseguró que la ayuda que las instituciones comunitarias y los Estados miembros dan a Kiev supera en su conjunto a la de Estados Unidos, pero que si se tiene en cuenta el apoyo militar, Washington "aporta aproximadamente un 25 % más".
"Sustituir a Estados Unidos representaría, por tanto, un esfuerzo financiero e industrial considerable que obligaría a plantearnos de nuevo cuestiones que ya hemos debatido como qué hacer con los fondos congelados de Rusia", dijo Borrell en un debate en el Parlamento Europeo sobre las consecuencias de la victoria de Trump.
La UE ha decidido utilizar los beneficios que generan los fondos congelados rusos para financiar militarmente a Ucrania y para avalar el préstamo de 50.000 millones de dólares que acordó el G7 el pasado mes de julio, pero si Trump retirase la ayuda estadounidense, "no serían suficientes", afirmó Borrell.
"En ese caso, entraríamos de lleno en una cuestión nuclear, debatida y no resuelta, pero que se pondrá sobre la mesa, qué hacer no con los rendimientos del capital, sino con el capital mismo", señaló el jefe de la diplomacia europea.
Los Veintisiete han optado por no utilizar los fondos por las dudas legales que plantea esta posibilidad. Sin embargo, la posibilidad de emplearlos ya la planteó el martes la futura sustituta de Borrell, la ex primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, durante la audiencia a la que se sometió ayer en la Eurocámara.
Borrell también dijo que la elección de Trump debe servir para que la UE tome "plena conciencia de la necesidad de reforzar" su propia seguridad, y, tras recordar que este objetivo ya se planteó en 2017, tras su primer triunfo, esperó "que está vez sea cierto".
En este sentido, refutó a Kallas, que dijo el martes que mientras la OTAN "es una organización militar" que debería tomar la cadena de mando en caso de una guerra de Rusia contra los Estados miembros, la UE es una organización de cooperación económica que debe centrarse en impulsar su industria de la Defensa.
"La UE no es una unión económica, o no es solo una unión económica. Y desde luego, no se trata de decir que en un lado está la OTAN para asegurar la seguridad y del otro lado está la UE para ocuparse de los temas económicos. No. Desde (el Tratado de) Maastricht, la UE tiene la voluntad y la ambición de desarrollar una política común de seguridad y defensa. La Unión tiene responsabilidades militares", apuntó Borrell.
El alto representante insistió en la necesidad de que la guerra de Ucrania solo puede terminar con una paz que sea "justa y sostenible" y no mediante "un acuerdo entre Estados Unidos de Trump y la Rusia de (el presidente Vladimir) Putin saltando por encima de Ucrania y de la UE para poner sobre la mesa un alto el fuego que posponga para más tarde las discusiones políticas".
"Tenemos que estar preparados para lo que pueda ocurrir, con serenidad, vigilantes, pero sin dar la impresión de que estamos paralizados como un ciervo en la noche, delante de los faros potentes de un coche", dijo Borrell.
"La historia nos juzgará por saber si hemos ayudado a Ucrania a defenderse o si la hemos dejado caer", sentenció el ex ministro español, que estimó que el triunfo de Trump "no es el fin del mundo, es el principio de un mundo diferente".
Porque, según dijo, "hablamos de Estados Unidos, pero no son los mismos Estados Unidos con Trump que con (Barack) Obama; hablamos de España pero no es la misma España con (Francisco) Franco, que con (Felipe) González; hablamos de Israel, pero no es el mismo Israel con (Benjamín) Netanyahu o con (Shimon) Peres".
Por eso, en su último discurso ante el Parlamento antes de terminar su mandato, pidió a los eurodiputados "que sigan trabajando por una Europa más unida, más fuerte, capaz de hacer frente a los desafíos del mundo".