En declaraciones a los medios realizadas el jueves por la noche en Budapest, donde se celebró una cumbre de la Comunidad Política Europea (CPE), el presidente Volodímir Zelenski explicó que no fue informado por Trump de sus planes para lograr una solución negociada durante la llamada telefónica en la que le felicitó por su victoria electoral del martes.
“Estoy seguro de que un final rápido a la guerra supone pérdidas” para Ucrania, dijo Zelenski. “No puedo verlo de otra manera por ahora. Quizá hay algo que no sabemos o vemos. Necesitamos algo de tiempo”, dijo Zelenski en respuesta a la pregunta de un periodista.
Cuando le plantearon la posibilidad de que Trump cierre el grifo de la ayuda a Ucrania, por lo que se ha abogado con vehemencia desde el entorno del líder republicano, el presidente ucraniano propuso que los países europeos transfieran a Kiev los 300.000 millones de dólares en activos rusos que éstos tienen congelados en aplicación de las sanciones.
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Zelenski argumentó en defensa de una posibilidad que es vista con reticencia por la comunidad internacional por el precedente que sentaría para los activos de cada Gobierno en países hostiles, que Ucrania tiene derecho a recibir este dinero en compensación por el daño que ha sufrido por la agresión rusa.
La llegada de este capital, añadió el líder de Kiev, permitiría a Ucrania seguir comprando armas y haciendo frente a la invasión militar rusa incluso si Trump decidiera dejar de enviar asistencia.
Mientras pide a Europa que tome medidas más audaces para llenar el vacío que supondría una hipotética retirada del apoyo de Washington, Zelenski trata de congraciarse con el presidente electo de EE.UU. destacando la importancia de un liderazgo fuerte como el que Trump dice representar, como la mejor vía para dar una salida a la guerra en términos favorables a Kiev, a EE.UU. y al conjunto de Occidente.
En este contexto, Zelenski ha reactivado en las últimas horas su campaña de diplomacia pública para que EEUU, Francia y el Reino Unido, los tres países que proporcionan los misiles de mayor alcance a Ucrania, le permitan atacar con este armamento objetivos militares dentro de Rusia.
Decisiones drásticas para salir del bloqueo
Zelenski y otros dirigentes ucranianos han mostrado en las últimas semanas su frustración ante la actitud de la actual administración demócrata en EE.UU., que no ha respondido positivamente a esta y otras reclamaciones que los ucranianos consideran vitales para poder defenderse con más garantías y poder dar un vuelco a la guerra en su favor.
En las últimas horas, las fuerzas rusas han lanzado contra Ucrania numerosos misiles y bombas aéreas guiadas y cerca de un centenar de drones kamikaze Shahed que han destruido varias viviendas y provocado la muerte de una decena de civiles en ciudades como Zaporiyia, Odesa y Járkov.
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Zelenski subrayó ante los líderes europeos reunidos en Budapest que destruir en sus bases dentro de Rusia los aviones que lanzan bombas aéreas y misiles contra ciudades y posiciones ucranianas es la mejor forma de neutralizar estos ataques que siembran a diario el terror entre la población y degradan las capacidades del Ejército.
Según Maskim Skripchenko, del Centro para el Diálogo Transatlántico de Kiev, la impaciencia que ha mostrado Trump por resolver el conflicto armado en Ucrania presenta riesgos, pero también es una oportunidad para que los ucranianos puedan beneficiarse de decisiones drásticas que no están llegando con el presidente Joe Biden en la Casa Blanca.
“Estamos en una especie de bloqueo con los demócratas”, dijo Skripchenko en declaraciones a EFE sobre la esperanza a la que se aferra también la administración ucraniana.
El experto -que ha viajado varias veces a Washington en los últimos meses para forjar contactos entre Kiev y el entorno de Trump- considera que la balanza de lo que haga la nueva administración republicana respecto a los intereses de Rusia y de Ucrania se inclinará en gran medida en función del equipo de asesores que elija el presidente electo.
“Espero que la nueva administración no esté compuesta por neófitos sin experiencia en política exterior, sino por gente inteligente con conocimientos”, remacha Skripchenko, que teme que la elección del primer tipo de asesores permita a Rusia “manipular” a Trump hacia una resolución de la guerra en términos propicios para Moscú.