El asesinato de joven nicaragüense en España pasará a juicio tras fin de la investigación

Sevilla (España), 4 nov (EFE).- El juicio por el asesinato de la nicaragüense Erika Reyes, ocurrido en España en 2023, está cerca de ser juzgado, después de que la jueza instructora concluyera la investigación, por lo que el caso queda pendiente de que se asigne un jurado y se fije la vista, según un auto conocido este lunes.

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La joven, de 22 años, fue asesinada presuntamente por su exmarido en la localidad sevillana de Utrera, en el sur de España, y su cuerpo después fue trasladado a su país natal, donde fue enterrada.

El abogado de la familia de la joven, José Antonio Sires, informó a EFE de que la magistrada encargada de la investigación no dio valor alguno a la declaración del exmarido, que el pasado miércoles 30 de octubre, tras pedir voluntariamente declarar, culpó del crimen al amante de su esposa y defendió que mantenía una buena relación con ella.

Para Sires, la jueza entendió que se trataba de una "versión fantasiosa" de los hechos, que no tiene credibilidad alguna al culpar del crimen al amante de su esposa, que ya declaró en su día y estaba libre de toda investigación.

En un auto judicial, firmado tres días después de la declaración, y notificado a las partes hoy, la jueza ve claros indicios de que el día 30 de julio de 2023, el acusado, tras un forcejeo con su esposa, “con la intención de quitarle la vida”, la habría golpeado varias veces en la cabeza con un objeto contundente, “ocasionándole la muerte”, y constituyendo los hechos un delito de homicidio doloso.

Para José Antonio Sires, la agilidad con la que se ha cerrado la instrucción (investigación) tras la declaración del exmarido responde “al rechazo de la versión fantasiosa que prestó el acusado”, en un intento “desesperado de culpar a un tercero de los hechos que se le imputan”.

En este sentido, anunció que va a solicitar la pena máxima de 25 años de prisión por el asesinato, “con las agravantes de alevosía y ensañamiento “por el aumento deliberado e inhumano del dolor a la víctima”.

Un atroz asesinato machista

El letrado describe el caso como un "atroz asesinato machista" y en el que no descarta el móvil añadido del robo, dado que el presunto asesino llevaba encima unos 1.500 euros y 1.000 dólares americanos, que podrían pertenecer a la víctima.

Todo ello, "movido por los celos porque ella no quería seguir siendo su pareja sentimental y mantenía una relación con otro hombre", de modo que "acabó con su vida de forma premeditada y violenta".

La joven le había dado un ultimátum para que antes de seis días abandonase la habitación en la que convivía con ella, aunque no de forma habitual, al tener otra relación.

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