"El hecho de que conservaran el poder es un indicio del pragmatismo del pueblo georgiano. No quieren guerra, no quieren una repetición de los acontecimientos de 2008 (en alusión a la guerra ruso-georgiana de cinco días) y quieren desarrollar buenas relaciones económicas con Rusia", dijo en una entrevista con la cadena RT.
Medvédev negó que la victoria del partido oficialista, no reconocida por la oposición del país, fuese "una operación especial del Kremlin", como aseguran sus detractores.
"Es una elección del pueblo georgiano", insistió.
La percepción de la OTAN y la Unión Europea en Georgia ha cambiado, según el político.
"La OTAN es un bloque militar, la UE está bastante lejos, por no hablar de Estados Unidos, mientras Rusia está cerca, somos vecinos históricos", recalcó.
En cuanto al conflicto armado de 2008, Medvédev, quien fue presidente de Rusia en ese período, aseguró que la única responsabilidad en que estallara recae en el entonces dirigente georgiano, Mijaíl Saakashvili.
Las cuatro coaliciones opositoras que accedieron al Parlamento georgiano en los comicios del 26 de octubre denunciaron previamente la falsificación de las elecciones y adelantaron que boicotearán la formación de la cámara.
La Unión Europa y Estados Unidos han llamado a las autoridades a investigar las presuntas irregularidades cometidas durante la votación y el escrutinio.
La Fiscalía General de Georgia citó a la presidenta del país, Salomé Zurabishvili, a declarar para esclarecer su denuncia sobre el fraude electoral, aunque la mandataria rechazó la citación y llamó a los investigadores a hacer su trabajo, mientras ella hace el suyo.
Mientras, la oposición georgiana convocó una nueva protesta contra el resultado electoral para el próximo 4 de octubre.