El sistema electoral para presidentes en Estados Unidos es único y está elaborado de manera que equilibre los intereses de los estados y la población en general. Aunque no está exento de controversias, sigue siendo un pilar fundamental del proceso democrático en el país. La comprensión cabal de este proceso es esencial para evaluar la dinámica política y los desafíos que enfrenta este sistema electoral.
A diferencia de otras democracias, en EE.UU. el presidente no es electo directamente por el voto popular. En vez de eso, los votantes seleccionan delegados para el Colegio Electoral.
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El Colegio Electoral
Uno de los componentes distintivos del sistema electoral estadounidense es el Colegio Electoral. Este es un cuerpo de electores establecido por la Constitución, el cual se encarga de elegir al presidente y al vicepresidente. Hay un total de 538 electores, y para ganar la presidencia, un candidato necesita obtener una mayoría de 270 votos electorales.
Asignación de Electores
- Distribución por estado: Cada estado tiene tantos electores como senadores y representantes en el Congreso. Esto implica que la cantidad de electores es el total combinado de los senadores (siempre dos por estado) y los miembros de la Cámara de Representantes, que varía según la población del estado.
- Distrito de Columbia: Aunque no tiene representación en el Congreso, el Distrito de Columbia tiene tres electores, tal y como se le garantiza mediante la Vigésima Tercera Enmienda a la Constitución.
Elecciones Primarias y “Caucus”
El proceso comienza con las elecciones primarias y los “caucus” (asamblea de partidos), que son eventos por los cuales los partidos políticos seleccionan a sus candidatos presidenciales. Las primarias pueden ser abiertas o cerradas, dependiendo del estado, y los caucus son reuniones locales donde los votantes registran públicamente su preferencia por un candidato.
Convenciones nacionales
Luego de las primarias y los caucus, los partidos celebran sus convenciones nacionales, generalmente en el verano del año electoral. Durante estas convenciones, se oficializa la nominación del candidato a la presidencia de cada partido.
Campaña electoral
Con los candidatos oficializados, comienza la campaña electoral, donde los candidatos presentan sus plataformas políticas y buscan persuadir al electorado durante los meses previos a las elecciones generales.
Elecciones generales
Las elecciones generales se celebran el primer martes de noviembre. Los ciudadanos votan por una lista de electores comprometidos a votar por el candidato presidencial elegido. Este no es un voto directo, ya que los electores son los que oficialmente eligen al presidente.
El voto popular vs. el Colegio Electoral
A pesar de que los ciudadanos emiten un voto popular, los electores de cada estado son quienes formalmente realizan la votación para decidir el presidente. La mayoría de los estados emplea un sistema de “winner-takes-all” (el ganador lleva todo) lo que significa que el candidato con la mayoría de votos en un estado obtiene todos los votos electorales del mismo. Sin embargo, Maine y Nebraska utilizan un sistema de distribución proporcional.
En 48 estados y el Distrito de Columbia, quien gane más votos, gana sus delegados. Maine y Nebraska dividen sus votos: otorgan dos delegados al candidato que gane el voto popular y los restantes se dan por los distritos en los que está dividido cada estado y que le da los asientos en el Congreso.
Reunión del Colegio Electoral
En diciembre, los electores se reúnen en sus respectivos estados para emitir formalmente sus votos para presidente y vicepresidente. Los resultados son entregados al presidente del Senado, quien los lee en una sesión conjunta del Congreso en enero.
Implicaciones y controversias
El sistema del Colegio Electoral ha sido objeto de críticas y debates, principalmente por casos donde un candidato ha perdido el voto popular, pero ha ganado la presidencia a través del Colegio Electoral. Esto plantea preguntas sobre la representatividad y equidad del sistema electoral actual.