El miércoles, una explosión sacudió el Colegio Internado Nacional Barros Arana (INBA) en Santiago, dejando más de treinta estudiantes heridos. Según el Ministerio de Educación de Chile, cinco de los afectados se encuentran en estado crítico.
La ministra de Salud, Ximena Aguilera, informó que 17 de los heridos presentan lesiones graves. Durante una conferencia de prensa, explicó que cinco estudiantes están en riesgo inminente de perder la vida. La explosión, presuntamente causada por una bomba tipo Molotov, ocurrió dentro de un baño del colegio.
Por razones aún no esclarecidas, el artefacto provocó quemaduras en numerosos estudiantes que se encontraban en el lugar. El coronel de Carabineros Fernando Albornoz señaló que la detonación ocurrió cerca del mediodía, cuando se preparaba una actividad de celebración para los graduandos.
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Contexto del colegio
El INBA es conocido por ser uno de los colegios públicos más históricos y destacados del centro de Santiago. En los últimos años, sus estudiantes han liderado manifestaciones exigiendo mejoras en la educación pública, lo que a menudo ha derivado en enfrentamientos con las autoridades.
Reacciones oficiales
La ministra del Interior, Carolina Tohá, desde el Palacio de Gobierno, calificó el incidente como una tragedia. “Este episodio resalta la peligrosidad de las bombas molotov”, afirmó. Tohá subrayó que estos artefactos no pueden ser considerados herramientas legítimas de protesta.
El incidente ha reavivado el debate sobre el uso de artefactos peligrosos en manifestaciones estudiantiles, destacando la necesidad de encontrar formas seguras y pacíficas para expresar demandas sociales.