“Condeno que haya habido disparos contra una instalación de Naciones Unidas en la que resultaron heridos dos cascos azules, lo cual constituye una violación del derecho humanitario internacional” , declaró el dirigente a la prensa desde Laos, donde participaba en una cumbre regional del sureste asiático.
“Este incidente es intolerable y no puede repetirse”, enfatizó el máximo responsable de Naciones Unidas.
El jueves, dos cascos azules indonesios de la Finul, la fuerza de la ONU desplegada en el sur de Líbano, resultaron heridos por disparos del ejército israelí, que lleva a cabo desde el mes pasado una amplia campaña contra el movimiento proiraní Hezbolá.
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El incidente fue condenado enérgicamente por Italia, que habló de posibles “crímenes de guerra”, y también por París, Madrid, Dublín y Yakarta. Estados Unidos se dijo “profundamente preocupado”.
El ejército israelí reconoció haber disparado en Ras al Naqura, junto a la frontera, y se defendió argumentando que los milicianos de Hezbolá operan cerca de las posiciones de la ONU.
Al mismo tiempo, este viernes, la agencia nacional libanesa ANI reportó un nuevo ataque de un tanque israelí a una torre de observación de la Finul en el sur del país, en la carretera entre Tiro y Naqura.
Según añadió, varios cascos azules de un batallón esrilanqués resultaron heridos. El ministerio libanés de Relaciones Exterior condenó el incidente.
La Finul, que cuenta con unos 10.000 soldados de mantenimiento de la paz en el sur de Líbano, 650 de ellos españoles, no hizo de momento comentarios a AFP.