"El Estado está asumiendo toda la responsabilidad y es necesario cooperar con la sociedad civil debido al gran número de personas desplazadas", dijo el coordinador del Plan Nacional de Emergencia del Líbano y ministro de Medioambiente, Nasser Yassin, durante una sesión extraordinaria del Consejo de Ministros.
Las autoridades libanesas han habilitado más de 870 centros de acogida, un número insuficiente para dar cobijo a más de un millón de desplazados que en las últimas semanas han abandonado sus hogares principalmente en el sur y el este del Líbano, las principales zonas bombardeadas por Israel.
Yassin insistió en que el Gobierno está buscando todas las opciones para reconvertir locales en centros de acogida puesto que "la mayoría de las escuelas en Beirut y en Monte Líbano ya están llenas", mientras que indicó que se está valorando la apertura de estadios deportivos para los desplazados.
El ministro de Información, Ziad Makari, recordó que hay un gran número de desplazados que se encuentran durmiendo en las calles, mientras que indicó que la mayoría de estas personas no son libanesas y, por ello, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) "se ocupará de ellos" en cooperación con las autoridades.
"Es inaceptable que la gente permanezca en las calles", indicó el funcionario.
El primer ministro libanés, Najib Mikati, dijo que se ha reunido con la cúpula militar del país y dio instrucciones para que se tomaran "las medidas adecuadas para proteger al Líbano" y también al Ejército, ya que algunos de sus soldados han muerto y resultado heridos por los bombardeos israelíes.
Este mismo miércoles un soldado libanés resultó herido en un ataque con dron, según un comunicado castrense, pese a que el Ejército no interviene en el conflicto entre Israel y el grupo chií Hizbulá.