Según señaló el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) en un informe, el índice de indigencia se situó en el primer semestre del año en el 18,1% de las personas, 6,2 puntos por encima de la tasa registrada en el segundo semestre de 2023.
En la comparación interanual, el índice de pobreza aumentó en el primer semestre del año 12,8 puntos porcentuales, mientras que la tasa de indigencia subió 8,8 puntos.
La población más afectada por la pobreza es la de los niños de hasta 14 años, grupo en el que la tasa de pobreza escala al 66,1% y la tasa de indigencia es del 27%.
La medición tiene en cuenta el nivel de vida en los 31 centros urbanos más poblados del país, lo que abarca a 29,6 millones de personas, sobre una población total en Argentina de unos 46 millones de personas.
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Según el informe, las ciudades con mayor índice de pobreza son Resistencia (76,2%), en la provincia de Chaco, y la capital de la provincia de Formosa (67,6%).
El aumento de la pobreza en Argentina durante el primer semestre coincidió con una elevadísima inflación, que en la primera mitad del año acumuló un alza del 79,8%, con un fuerte impacto en el coste de la cesta básica de alimentos y servicios, cuyo valor marca la línea de la pobreza.
La elevada inflación recortó fuertemente el poder de compra de los ingresos de los hogares, en el contexto del severo ajuste puesto en marcha desde finales de 2023 por el Gobierno de Javier Milei, con retracción de la actividad económica (-3,4% de caída del PIB en el primer semestre) y destrucción de puestos de trabajo formales.
Argentina registró su tasa máxima de pobreza en octubre de 2002, cuando el índice trepó al 57,5% tras el estallido de una de las más severas crisis económicas que recuerde el país.