Las llamas se desataron en esa reserva de agua y fauna en la capital de Brasil, el mismo día en que un juez de la corte suprema autorizó al gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva a desatender los límites fiscales en su combate a los incendios.
Lula y la primera dama Janja sobrevolaron la zona devastada, según imágenes difundidas en sus redes sociales.
“El gobierno federal está actuando junto con el Cuerpo de Bomberos para ayudar en el combate de las llamas”, escribió el mandatario.
Este domingo el magistrado del Supremo Tribunal Federal, Flavio Dino, autorizó al gobierno a emitir créditos extraordinarios “sin cálculos de techos ni metas fiscales, exclusivamente” para combatir lo que considera una “pandemia” de incendios en el país.
“No podemos negar el máximo y efectivo socorro a más de la mitad de nuestro territorio (...), con la justificativa de cumplir una regla contable que no consta en la Constitución”, dijo Dino, que hasta enero fue ministro de Justicia de Lula.
En el documento, de 40 páginas, el magistrado también flexibilizó las reglas en la contratación de personal para la prevención, control y combate a los fuegos.
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“Se busca desatar totalmente las manos al Estado brasileño” para proteger a las poblaciones afectadas por las llamas, especialmente en la Amazonía (norte), afirmó Dino.
El número de incendios en lo que va de septiembre (55.517) ya superó los registrados el mismo mes del año pasado (46.498), según las mediciones del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) a partir de datos satelitales.
El Parque Nacional de Brasilia se prendió en llamas este domingo, en el mayor incendio del año en la ciudad, que acumula 145 días sin lluvias y niveles mínimos de humedad.
Algunos residentes incluso lanzaron baldes de agua a las llamas y los bomberos se unieron a las labores de combate a los fuegos, que deben continuar durante la noche, informó el Instituto Chico Mendes de Conservación de Biodiversidad (ICMBio), responsable de la administración de los parques nacionales brasileños.
El incendio consumió hasta el momento un área de 1.200 hectáreas, indicó el ICMBio.
Con 30.000 hectáreas, el parque sirve para proteger las cuencas hidrográficas que proveen agua a la región de Brasilia.
Los fuegos en Brasil se propagan más fácilmente debido a una sequía histórica que los expertos vinculan con el cambio climático, y también debido a la baja humedad.
Los humos desatados por las llamas afectan algunas de las principales ciudades brasileñas, como Sao Paulo y Rio de Janeiro, y a países vecinos.