Walz es exmilitar, un hombre sencillo del crucial Medio Oeste, maestro, un padre que se ha hecho viral por su cosas de padre y un político preferido por las facciones más progresistas del Partido Demócrata.
A sus 60 años, Walz será el compañero de fórmula de la candidata demócrata a la Presidencia de Estados Unidos, Kamala Harris, y pasará de un perfil discreto como gobernador reelecto de un estado alejado de la política de alta tensión al centro de una de las campañas más cargadas de las últimas décadas.
Walz nació en una comunidad rural de Nebraska y se alistó en la Guardia Nacional como soldado raso para poderse pagar los estudios superiores, una vía hacia la mejora educativa utilizada por la clase media en Estados Unidos.
El gobernador fue maestro de escuela donde conoció a su esposa, Gwen Wipple, con la que luego se mudó a Minesota para seguir su trabajo en una escuela de secundaria como profesor de geografía y entrenador de fútbol, logrando que su equipo ganara el campeonato estatal de 1999.
Durante su años como educador, Walz enseñó en China y con su esposa organizó viajes de estudios para adolescentes al país asiático, una experiencia de intercambio cultural que podría servirle si acaba llegando a la Casa Blanca.
En 2006, decidió presentarse a un escaño en el Congreso y consiguió renovar la confianza de sus votantes durante 12 años, en los que fue miembros de los comité de Agricultura y Asuntos de Veteranos de la Cámara de Representantes.
Walz parecería destinado a ganar y en 2018 fue elegido gobernador del estado de Minesota, un estado que ha votado demócrata en las últimas elecciones generales, pero cuya población rural es mayoritariamente republicana y conservadora. En 2022, fue reelegido para otro mandato de cuatro años.