La institución se resiste, por tanto, a las llamadas del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien ha pedido en repetidas ocasiones que se disminuyan los tipos de interés al considerar que tienen un impacto negativo sobre la economía.
En junio, Lula llegó a tildar al presidente del Banco Central, Roberto Campos Neto, de “adversario político e ideológico” en una serie de declaraciones que despertaron temores en el mercado financiero.
“El Comité de Política Monetaria unánimemente reforzó que no dudará en elevar la tasa de interés para asegurar la convergencia de la inflación a la meta si lo juzga apropiado”, reza el acta de la reunión de la semana pasada, en la que también se reiteró el “compromiso” de la institución con el cumplimiento de la meta inflacionaria, que se sitúa en 3% con un margen de 1,5%.
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La otra estrategia apuntada por la cúpula del Banco Central en el acta es la de mantener la tasa en el actual 10,50% anual, en línea con lo decidido en las últimas dos reuniones.
La institución dijo que evaluará si el mantenerla en ese nivel por un tiempo “suficientemente largo” llevará a la inflación a la meta, en un escenario definido por la fortaleza del mercado de trabajo y la actividad económica y por un proceso desinflacionario más lento, informó EFE.
Entre los riesgos señalados por el Banco Central está también la " incertidumbre " en torno a la política monetaria de EE.UU., donde la Reserva Federal se abrió la semana pasada a empezar a reducir la tasa de interés ante los temores de una recesión.
Lo que sí no menciona el acta es un posible recorte de la tasa en Brasil, después de que el Banco Central la redujera siete veces seguidas desde agosto del año pasado y esta pasara de 13,75 % al 10,50% actual.